"Me estoy volviendo loca, el teléfono no para de sonar", dice Lorena Rodríguez, dueña del albergue "La Quintana" de Grado mientras prepara el alojamiento para comenzar a recibir peregrinos y turistas. Las reservas suben como la espuma y se pide mucha información. "Cómo está organizado o qué medidas de higiene tenemos", precisa. Ella ha reducido las plazas a la mitad, tienen nueva ventilación y dará gratis la ropa de cama, que antes era un euro. "Hacemos todo lo que está en nuestra mano", abunda.

También se prepara a conciencia la hostelería. En "La Naveta", de Nava, tienen la terraza preparada. "Esperamos por ellos igual que por el sol", bromea la propietaria, Ana Emilia Ordóñez. En su opinión, los visitantes llegarán pronto a la zona. "Entre el Museo de la Sidra de Asturias, que trae mucha gente, las rutas de montaña y las hoces del río Pendón tenemos de todo para que vengan", informa Sara ARIAS