Vuelta al cole presencial para los alumnos de Infantil y Primaria. Ese es el objetivo número uno de la Consejería de Educación para el próximo curso. El departamento de Carmen Suárez ve factible otras soluciones en Secundaria, Bachillerato y FP, como la combinación de clases en el aula y a distancia, pero no así para las etapas inferiores. El Principado considera "insustituible" la formación presencial para niños menores de 12 años. Por eso, Educación ha iniciado esta semana una ronda de contactos con los ayuntamientos en busca de espacios que garanticen el metro y medio de separación entre los alumnos. Todas las posibilidades están abiertas, incluso que se habiliten edificios públicos, como bibliotecas, para dar clases.
El plan de la ministra Isabel Celaá permite que los centros amplíen el número de aulas utilizando "comedores, bibliotecas, salas temáticas, salones de actos, gimnasios...". Además, posibilita que la escuela salga de sus instalaciones y se den clases en "espacios públicos municipales, como bibliotecas, ludotecas, polideportivos o centros culturales". Precisamente ayer los ministerios de Educación y Sanidad finalizaron la guía de recomendaciones para el curso 2020-21, en el que incluyen algunas variaciones respecto a la inicial. Permiten a las comunidades hacer "grupos estables de convivencia", una especie de burbujas, de hasta 25 alumnos -primero era hasta 20- en todos los cursos de Infantil y Primaria -inicialmente era hasta cuarto de Primaria-. Los integrantes de estos grupos no tendrán que guardar distancias ni usar mascarillas. "Las consejerías de Educación podrán flexibilizar el máximo del alumnado para formar estos grupos, siempre que la autoridad sanitaria de dicha comunidad autónoma lo autorice", señaló ayer en nota de prensa el departamento de Celaá.
La propuesta del Gobierno central también recomienda "priorizar las actividades al aire libre -patios o parques cercanos-, escalonar las entradas y salidas y las horas de recreo o diseñar otras medidas organizativas para evitar aglomeraciones y reducir al máximo el número de desplazamientos de grupos de alumnos por el centro". Sobre el uso de mascarilla, dice que será obligatoria a partir de los 6 años, siempre y cuando los niños no estén en grupos estables de convivencia, y los profesores podrán quitársela cuando estén dando clase en estas aulas estanco. Además, recoge la guía, "cada centro dispondrá de un protocolo de limpieza que corresponda a sus características y que incluirá la limpieza y desinfección al menos una vez al día de las instalaciones (y al menos 3 en el caso de los aseos), con una especial atención en las zonas comunes y superficies de contacto más frecuente".
La consejera de Educación, Carmen Suárez, se reunió ayer con la acaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, para planificar el próximo curso, como ya hizo el lunes con representantes del Ayuntamiento de Oviedo y realizará lo mismos a lo largo de la semana con Gijón y Castrillón. "El alumnado tiene que estar separado metro y medio, por tanto, tenemos que ver la viabilidad de los espacios en los distintos centros y planificar un septiembre razonable siguiendo las medidas de seguridad y salud", expresó Suárez. Su prioridad, dijo, es "garantizar la mayor presencialidad para Infantil y Primaria". Porque los alumnos del resto de etapas, añadió, son "más autónomos" y, por tanto, cabe una mayor "flexibilidad" de "espacios, de dedicación, de horarios...". "Al alumnado pequeño hay que atenderlo todo el tiempo que podamos", defendió.
El gobierno autonómico prevé que los problemas de espacios para garantizar el distanciamiento social no afecten a más de diez concejos. A falta de cerrar números, serán "siete y ocho" en lo referido a Infantil y Primaria, ya que es donde los ayuntamientos tienen competencias en infraestructuras. En el caso de que haya centros sin espacios suficientes para cumplir las medidas de seguridad, la Consejería y los ayuntamientos "explorarán la posibilidad de habilitar otros espacios públicos".
