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Una farmacéutica a pie de campo

Marta Campoamor considera clave tener un buen acceso a internet y más apoyo de la Administración para vivir y trabajar en la zona rural

Una farmacéutica a pie de campo

Casi treinta años lleva al frente de su farmacia en Villayón Marta Campoamor Suárez. En todo este tiempo ha visto cómo ha evolucionado el pueblo y cuáles son las necesidades a cubrir más acuciantes para que no solo su farmacia sino todos los que viven y trabajan en la localidad como emprendedores rurales puedan seguir adelante. "Llegué a esta farmacia tras jubilarse mi madre; ella la abrió en 1967", señala esta mujer tras el mostrador de un pequeño local que, como ella recuerda, está de servicio las veinticuatro horas. "Lo mío es una guardia localizada todo el año. Normalmente estamos en la farmacia hasta las diez de la noche y a partir de esa hora muchas veces atendemos desde Navia, que es donde vivo, y vengo cada día. Ahora, además, con el tema del coronavirus, no tenemos médico de guardia aquí, y si el médico está en Navia, lógicamente, la gente coge las medicinas en Navia", recuerda.

No es nada fácil encontrar farmacéuticos que en las farmacias rurales puedan sustituir al titular si este quiere cogerse diez días de vacaciones, por poner un ejemplo. "Es muy complicado", matiza Marta. En todo este tiempo, ha visto cambiar la localidad en la que trabaja de forma preocupante. "Ya cuando empecé aquí, la evolución era a la baja. La falta de habitantes sigue creciendo y los que quedan son gente mayor. Cada vez hay menos personas. Echas de menos un mayor volumen de trabajo para poder mantenernos, no por nada, sino porque no deja de ser un negocio y necesitamos vivir de esto. Esta farmacia subsiste gracias al medicamento y actualmente con la bajada de precios cada vez es más difícil mantenerse, tienes que hacer muchos números".

Además de enamorada de su profesión, lo está también del pueblo donde la ejerce. "Me gusta mucho ser farmacéutica rural. Para un profesional es muy bonito estar al frente de una farmacia en un pueblo porque tienes un contacto mucho más directo con la gente; conoces a los vecinos y ellos a su vez confían mucho en ti".

Ahora bien, con independencia del sentimiento de cercanía y cordialidad que le une a los vecinos, Marta Campoamor considera imprescindible una buena conexión a internet y también la mejora en la comunicación por carretera. "Tenemos una conexión a internet muy mala, se está cayendo constantemente, y en pleno siglo XXI y en el medio rural es tan básica para vivir y trabajar como en las ciudades. No podemos seguir así. Por otro lado, la carretera de Navia a Villayón está bien, pero luego métete de Villayón para arriba, con carreteras estrechas algunas y en mal estado. También llevo pidiendo hace tiempo tener más servicios de medicamentos", recuerda.

Marta Campoamor le pide a la Administración "que nos valore un poco más, y no solo a los farmacéuticos, a todos los que vivimos y trabajamos aquí. Sí se puede vivir en el campo, pero con más apoyos por su parte, no empezando de la nada. Yo pido apoyo para todos porque lo que les afecta a ellos también me afecta a mí. Hay pocas facilidades para mantenerse. Aquí en Villayón parece que todo cuesta el doble o el triple de conseguir, por eso para mí es fundamental el tema de la comunicación".

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