La nueva norma de etiquetado de la miel no convence a los apicultores, que la consideran insuficiente para mejorar la trazabilidad del producto y distinguir el que procede de fuera de la Unión Europea. La modificación de la normativa anunciada por el Gobierno el pasado mayo quedó finalmente recogida este lunes en el "Boletín Oficial del Estado" (BOE), con la indicación del país de origen como principal novedad.

El decreto establece que cuando una miel se haya elaborado a partir de mieles de distinta procedencia se deberán indicar obligatoriamente en el etiquetado el listado de los países donde se haya recolectado.

Un requisito que no sirve de mucho si no aparece el porcentaje que tiene la miel de cada país en el envase, en opinión de los servicios técnicos de ASAJA. La organización agraria destaca que con la nueva norma una miel con un 1% española y un 99% china pueda ser etiquetada como Origen: España y China, lo que, a su juicio, facilita la venta de miel mezclada con contenido desconocido.

El sector apícola reclama el listado de países con el porcentaje que representan. El Gobierno renunció a introducir esos cambios atendiendo a las recomendaciones de la Comisión Europea, que el año pasado dictaminó que la regulación europea ya establece condiciones de etiquetado y se posicionó en contra de mencionar el porcentaje de mezclas y el tratamiento térmico. El responsable de apicultura de COAG, Pedro Loscertales, asegura que el resultado final "se ha quedado a medias". "No vamos a dejar de reivindicar, porque queda mucho por hacer para promocionar nuestra miel", asegura. Entre enero y abril de 2020, las importaciones de miel en España aumentaron el 12%.