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Asturias quiere que la "ciencia ciudadana" surgida del covid participe en proyectos

El Gobierno define su estrategia de captación de talento, que incluye también a jóvenes, y "luchará" por llevar a cabo las primeras incorporaciones en enero

Angélica Rodríguez, empleada de la empresa Portachavi, en Gijón, muestra el prototipo de una pantalla de protección contra el covid-19. Á. G.

El Principado no solo quiere abrir la ciencia a las empresas, sino también a la ciudadanía. La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad sacará de forma "inminente" una convocatoria de ayudas de 240.000 euros para formar los denominados "open labs". Se tratan de espacios de colaboración entre investigadores procedentes de instituciones públicas y del sector privado para impulsar proyectos de I+D+i en red. Este foro, explica el titular de Ciencia, Borja Sánchez, también está pensado para incorporar la "ciencia ciudadana". La falta de equipos de protección para hacer frente a la pandemia hizo que en Asturias, al igual que en el resto de España, centenares de expertos se uniesen para imprimir en 3D desde sus casas respiradores, pantallas faciales, gafas... El Gobierno regional quiere ahora aprovechar ese conocimiento surgido en la calle y explotarlo.

Los "open labs" es la "gran novedad", en palabras del Consejero, del programa de financiación de la I+D de Asturias, que contempla más de 45 millones de aquí a 2023. Los espacios de colaboración cuentan con 240.000 euros este año, 420.000 el siguiente, 360.000 en 2022 y 180.000 en 2023. Los "open labs" estaban contemplados en el Plan de Ciencia y Tecnología de Asturias, pero nunca se desarrollaron hasta ahora. "El objetivo es no solo crear conocimiento, sino que ese conocimiento se acerque al mercado. Y si hay posibilidad de crear una patente que la saquen", argumenta Borja Sánchez. A pesar de que el Principado es la tercera comunidad con mayor porcentaje de investigadores que realizan transferencia de conocimiento e innovación a la sociedad, según una estadística reciente de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), hay todavía mucho margen de mejora.

Con la mirada puesta en los próximos meses, el Consejero aspira a que Asturias sea "la única región o de las pocas que no recorte en ciencia en época de crisis", como la que se avecina. Pero para ello, recuerda, hace falta "un acuerdo año a año con los grupos parlamentarios". "Me gustaría que todos recogiesen el guante", apunta. Dentro del calendario de convocatorias destaca el programa de atracción de talento "Margarita Salas", la gran apuesta de la Consejería de Ciencia para esta legislatura. El departamento de Borja Sánchez ya tiene definido el perfil de investigador que quiere captar siguiendo como ejemplo el modelo catalán, el Icrea, con 265 investigadores reclutados en 18 años.

El programa asturiano diferencia entre incorporación de talento joven, atracción de talento y retención de talento. El primero pretende ser una extensión de los Ramón y Cajal -una beca postodoctoral-, como hace el Ikerbasque en el País Vasco. El segundo es el más importante, según Borja Sánchez, porque tiene "poder tractor" y es "una inversión". Consiste en captar a científicos senior de todo el mundo y que ellos arrastren a su vez a otros investigadores. No es un gasto, sino una inversión, como demuestra el Icrea: cada talento sale por 150.000 euros al año pero a cambio ellos forman grupos de investigación -de media tienen a siete personas contratadas- y crean spin off con sus propios medios. La última pata del plan "Margarita Salas" es la retención para evitar que las grandes estrellas de la ciencia abandonen la región. De esta forma, amplía el Consejero, "regulamos la carrera científica en todas sus etapas por primera vez: desde que salen de la Universidad hasta que logran un contrato estable".

Para todo ello, el Principado tiene previstos 3,38 millones para los tres próximos años, incluyendo las becas Severo Ochoa y Miguel Servet. El titular de Ciencia avanzó en diciembre que su intención era incorporar a diez científicos de alto nivel a finales de este año. El escenario ha cambiado fruto del covid-19, que ha supuesto un parón en los trámites administrativos. Sin embargo, Borja Sánchez asegura que lo va a "luchar". "La idea es convocar lo que podamos. Vamos a intentar que los primeros 'Margarita Salas' entren a fecha 1 de enero", señala.

Lo que no está claro aún es cuántos serán, teniendo en cuenta que ahora el programa se divide en tres partes. El Icrea saca cada año diez plazas, repartidas en cinco grandes áreas -Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Experimentales, Ingeniería y Ciencias de la Vida-, aunque la recomendación que ha hecho el director, Antonio Huerta, a Asturias es que empiece poco a poco y vaya de menos a más.

La Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea) también está ayudando al Principado en lo más farragoso del proyecto: la normativa. "Implica muchísima, hay que regularlo todo, y hemos hecho un avance enorme gracias a su apoyo", resalta el Consejero. Según el calendario de inversiones, para su puesta en marcha hay contemplados 649.500 euros para la atracción de talento joven, 600.400 para la captación de investigadores senior y 80.000 para la retención de cerebros.

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