Después de recorrer varias sedes de la EBAU, el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, valora la opción de los grandes escenarios como "un acierto. Noto gran tranquilidad no hay ningún follón, es lo que buscábamos", afirma antes de asumir que con "algún profesor menos" que otros años para corregir los exámenes de un veinte por ciento más de alumnos "tocarán a más tarea, pero lo harán bien".

En Gijón, la EBAU se desplegó en el Centro de Arte de La Laboral y en el Palacio de los Deportes de La Guía. Solo a este segundo pabellón estaban citados más de 600 alumnos, y muchos coincidieron en una misma particularidad sobre esta convocatoria: la incertidumbre. "Hasta ahora todo iba un poco por el libro y podías apoyarte en amigos de más edad que la tuya, pero esta promoción tuvo que venir un poco a ciegas", lamentaron.

Otras estudiantes, como Xela García y Laura Mendoza, temen que las evaluaciones de Bachillerato de este año, precisamente por la pandemia y las clases presenciales canceladas casi sobre la marcha, impliquen un "desajuste" en las medias de sus compañeros. "Los profesores suelen intentar redondear la nota hacia arriba para que al hacer media con la EBAU no te perjudiquen, pero nos consta que este año en otros centros se infló mucho más de lo normal esa nota y hace que los que no hemos tenido ese 'regalo' podamos partir con bastante desventaja", lamentaron. A ambas esta posible medida les perjudica especialmente. Mendoza quiere estudiar Ingeniería Aeroespacial y García, Enfermería.

El pabellón avilesino del Quirinal acomodó a 500 alumnos de los concejos próximos. "Nos hubiera tocado igualmente hacerlo aquí. Rápidamente nos distribuyeron, dejándonos una mesa que ya usaremos todos los días", apunta Clara Cuervo, que llegaba de Pravia bien preparada, pensando en asentar su futuro como alumna de Estudios Ingleses. También de Pravia provenía Emma Fernández, satisfecha con que "nos hayan dado más opciones para compensar que la preparación se había complicado".

Muchos nervios se vivieron minutos antes del comienzo de la EBAU en Langreo, que se estrenaba como sede. A la primera prueba, en el polideportivo de La Felguera, estaban convocados doscientos alumnos de los nueve centros de Secundaria de las Cuencas. Fuera, los jóvenes daban el último repaso a los apuntes y comentaban lo contentos que estaban de tener una sede de la EBAU más cercana. Es el caso de Sara García, de Blimea, quien aseguró que "es mucho mejor, porque puedes venir en coche o en autobús". Alba Yáñez, de Sotrondio, afirmaba que "así te puedes organizar mejor que si tuviéramos que marchar fuera de la comarca".

A las afueras de Pola de Siero, en el polideportivo, la otra sede que junto a la de Langreo se estrenaba este año, varios centenares de jóvenes fueron ocupando ordenadamente sus sitios para el examen, al que precedieron el tembleque, las miradas tensas y bromas para el desahogo. Javier Alonso sonreía tranquilo: "Lo llevo muy bien preparado y agradezco que nos dejen hacerlo sin mascarilla", apostillaba el joven de Lugones, que ya estudia catalán "para hacer Ingeniería en Barcelona". No tan contenta con la organización se mostraba María Pidal, hija del escritor Pidal Montes: "Lo han organizado un poco a la 'mecagoen'...", sintetizaba, antes de recordar su predilección por estudiar Historia del Arte.

En el instituto de Cangas del Narcea se examinan 66 alumnos, una parte de ellos del instituto de Tineo. Todos llegaron con mucha antelación y los nervios a la entrada eran palpables. "Hay miedo y presión porque es algo nuevo y más este año, con las medidas de seguridad, aunque vale mucho no tener que usar mascarilla durante el examen", asegura la tinetense Alejandra Corrochano. Menos nerviosa de lo que pensaba llegó su compañera Naiara Fernández, para quien "las medidas de seguridad no me pillaron por sorpresa, son las esperadas" y destaca el esfuerzo para preparar la EBAU: "Las clases online no me gustaron mucho, prefiero las presenciales".

Camila Remis es de Arriondas, ha estudiado en el IES Rey Pelayo y sólo necesita un cinco para cursar sus Estudios Ingleses en Oviedo. Asume que será "un examen raro, con demasiadas medidas de seguridad en cuanto al virus, pero nos hemos acostumbrado", asegura. Lo que sí han echado de menos es que "otros años ponían un bus para venir y esta vez nos hemos tenido que organizar en coches particulares". Ignacio García López es de Pancar y ha cursado el bachiller de Ciencias en Llanes. Su aspiración es lograr el 8,5 que le piden para entrar en Biología. Le agobia pensar en "la mascarilla durante el examen, aunque parece que nos la dejarán quitar", celebra. "Será un examen extraño" que, por otro lado, ha servido para reunirse físicamente con sus compañeros de clase, a los que hasta ahora "veía sólo por la ventana o por el ordenador".