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Una niña surfista pide una beca de material deportivo y recibe suficiente para 150 compañeros

Elía Menéndez ayudará con su iniciativa, que apadrina Saúl Craviotto, a todo su club de Llanes

Elía Menéndez con su tabla. Eva San Román Eva San Román

Elía Menéndez pisó la playa con tres meses y desde entonces se generó un vínculo que hoy hace que la pequeña llanisca baile con soltura sobre las olas, encima de una tabla de surf. Lo de esta niña nacida en Villahormes fue amor a primera vista con este deporte porque "es como sentir la libertad", asegura. Por eso acude religiosamente a recibir sus clases a la playa de San Antolín (Llanes) "desde hace años", dice con los 10 años recién cumplidos. Y por eso decidió dar un paso para que su club y con él decenas de niños más puedan sentir lo mismo que ella.

Grabó un vídeo pidiendo material para entrenar porque en su escuela, Llanes Surf Skull, solo había 50 tablas, 12 de paddle, y 70 neoprenos. Probaron suerte y enviaron la propuesta de la niña a un programa de becas, "sin ninguna expectativa", dice el director del centro, Carlos Martín. Ahora, siete meses más tarde de aquel vídeo, Elía acaba de conseguir que el Consejo Superior de Deportes (CSD), Cola-Cao y la Fundación Deporte Joven le concedan una de sus becas "Vamos". La ayuda está enmarcada en el programa "ADB2020" y consiste en la recepción de material deportivo (tablas, paddle surf y neoprenos) para que el club pueda crear 150 nuevas plazas.

Con ello "se permitirá a muchos niños disfrutar del deporte", pero también se llevarán a cabo "actividades de integración social con la asociación Surf Solidario, un proyecto que ha desarrollado el club para acercar este deporte a aquellos niños que más lo necesitan". "El surf ayuda mucho a los niños con minusvalías porque este deporte requiere de una alta concentración, las limitaciones son más mentales que físicas a veces y esta será una forma de integrarlos para poder probar que los niños con discapacidad son iguales que los que no las tienen", apuntó Javier Botas, representante de Surf Solidario.

Unos y otros se juntarán en la playa cada vez que sea posible. Porque eso, dice Elía, "es lo más guay, juntarte con los amigos y entrar al agua". Lo peor, "el invierno porque el agua está más fría y a veces hay olas demasiado grandes". Lo importante, "no tener miedo ni ponerse nervioso" y disfrutar de lo que a la pequeña más le cautiva, "la naturaleza y estar en el agua" porque allí "el tiempo pasa muy deprisa".

El padre de la niña, José Ángel Menéndez, reconoce que a Elía no hay deporte que se le resista y tal vez su futuro no pase por el surf, pero estará relacionado con alguna actividad física, "seguro".

El embajador del proyecto, Saúl Craviotto, también se quedó prendado de la niña y "cuando conocí la historia me pareció increíble. A pesar de su juventud, tiene muy claro su estilo de vida y defiende unos valores que personalmente me representan al cien por ciento: deporte, naturaleza y compañerismo", afirma el piragüista olímpico y también miembro del jurado del proyecto.

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