La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las fiestas del covid: cortas, con poca gente mayor y de fuera, y sin moverse

El Principado elabora un estricto protocolo para autorizar eventos y pide, entre otros requisitos, un sistema para identificar a los asistentes

Romería de La Regalina, Cadavedo. Los participantes bailan la danza prima frente a la ermita.

Si en "un alto porcentaje" los organizadores de una fiesta piensan que pueden acudir personas mayores y de fuera de Asturias, que van a estar de pie y en movimiento, que pueden entrar en contacto entre sí, que se consumirá alcohol y durará más de dos horas, casi pueden dar por hecho que se prohibirá. Esto podría ser cualquier romería del verano asturiano, pero en este de la pandemia son algunos de los criterios establecidos por el Principado que pueden impedir que se celebren. El Gobierno regional ha incluido éstas y otras preguntas en un cuestionario para la "autoevaluación" del riesgo de contagio y rebrotes en "eventos y actividades multitudinarias" que los promotores habrán de cumplimentar con sus previsiones y hacer llegar a la Administración con al menos diez días de antelación. Forma parte del protocolo de seguridad que deben confeccionar para solicitar la autorización del evento.

Esta valoración propia del peligro estimado de un evento figura entre las condiciones que el Principado publicó ayer para la celebración de fiestas y ferias, de romerías y verbenas en este verano atípico de la desescalada y la cautela. La resolución detalla el riguroso "procedimiento de valoración del riesgo" que las autoridades sanitarias aplicarán a cada evento, deja claro que sólo se darán de paso aquellos en los que se considere que éste es asumible y se extiende mucho en los requisitos. De entrada, si en la autoevaluación de los organizadores la puntuación del peligro es la máxima en seis de los nueve criterios -puntuados cada uno de cero a tres-, o si entre los nueve se alcanzan al menos dieciocho puntos, la catalogación del evento será de "alto riesgo" y se expondrá muy seriamente a una prohibición.

Sólo pasarán esta criba fiestas cuyos organizadores esperen o digan esperar asistentes autóctonos, concurrencia moderada de personas mayores o vulnerables al covid-19, poco movimiento y alcohol, menos de dos horas de duración... La evaluación y la propuesta de aceptación o restricción competerá a un grupo de trabajo técnico con personal de la Dirección General de Salud Pública, la Delegación del Gobierno, la Federación Asturiana de Concejos y el Servicio de Emergencias. La decisión final la tomará la Consejería de Salud.

Para evaluar los riesgos, la administración tendrá en cuenta también el grado de cumplimiento de una extensa batería de instrucciones previas. Entre ellas se exige la garantía de que se dispone de "personal de seguridad formado y en cantidad suficiente" o el requerimiento a los organizadores de habilitar sistemas que permitan confeccionar "un registro de identificación de participantes con información de contacto disponible" para rastrear los contactos en caso de brote.

De entrada, y con independencia de la percepción de cada comisión organizadora, el protocolo desaconseja expresamente, además de todo aquello que no garantice distancia o higiene o seguridad, "la celebración de eventos que se desarrollen en espacios abiertos y con acompañamiento de público en la calle, como romerías, desfiles, exhibiciones de música o baile o actividades similares". Para estos casos, no obstante, se abre una puerta siempre que antes de la celebración se delimite el espacio o el itinerario y se establece un tope de asistencia de quinientas personas con exigencia de distancia de seguridad y mascarilla, también para los participantes "salvo que resulte incompatible con la actividad que desarrollen".

Otras "condiciones para fiestas, verbenas y otros eventos populares" exigen además "un espacio físico con capacidad de delimitación del perímetro y del aforo" y con "puntos diferenciados de entrada y salida". Si hay escenario, se establecerá "un perímetro cercado con cuatro metros de distancia" del público.

Todas estas exigencias ponen muy cuesta arriba la posibilidad de celebrar cualquier evento con una cierta entidad de asistencia de público en Asturias este verano y podrían suponer el primer gran escollo para la celebración de la Feria de Muestras en Gijón. Pese a que sus organizadores, la Cámara de Comercio, ya han elaborado el plan de contingencia que les había solicitado el Principado y en ese documento ya aclaran su intención de limitar los aforos máximos diarios, una Feria "normal" no cumpliría ni un tercio de los nuevos requisitos que se plantean ahora y tipificaría como evento de "alto riesgo" según el apartado de autoevaluación de este nuevo documento, que propone a los organizadores un primer listado de "pistas" de lo que tendrá prohibido hacer. Fuentes sanitarias reconocen que "una Feria al uso será inviable", pero dependerá en última instancia de que la Cámara logre o no modificar su programa.

Compartir el artículo

stats