Clara Serra Sánchez, política y autora especializada en feminismo, participó esta semana en unas jornadas feministas de Gijón -que terminaron ayer- organizadas por la Asamblea Moza d'Asturies (AMA Asturies). Surgieron como respuesta a la Escuela Feminista Rosario Acuña, celebrada también en la ciudad días antes, que lleva dos años causando cierta polémica al ser tildada de "tránsfoba".
- La Escuela Feminista Rosario Acuña, tras la polémica del año pasado en la que se acusó a sus ponentes de "transfobia", remarcó este año no estar en contra de las mujeres "trans", sino de la teoría "queer". ¿Eso qué significa?
-Se está perdiendo el debate más interesante. En redes sociales hay una distorsión total de las posturas. Echo en falta que feministas como las del Rosario Acuña hubiesen apostado por una discusión más honesta y menos caricaturizada. Son lo suficientemente inteligentes como para poder tomarse más en serio el debate. Lo que yo escuché fueron debates en falso.
- ¿Cómo definiría la teoría "queer"?
-En esta distorsión del debate creo que algunas feministas están queriendo recuperar un sujeto nítido y claro que reúna a las mujeres, que para ellas es el cuerpo y el sexo biológico. Y están dibujando al otro lado a un enemigo siniestro que estaría reproduciendo la construcción social de la feminidad. Yo diría dos cosas. Que veo problemático que feministas como Alicia Miyares y Amelia Valcárcel apoyen esas posturas para implantar un sujeto tan fuerte, porque limitarlo a la biología lo es y sus autoras de referencia, creo, no apoyaban eso. La otra, que la teoría "queer" no quiere esencializar el género y la feminidad, sino todo lo contrario. La teoría solo defiende que además del sexo hay construcciones que tienen que ver con los roles de género y que tienen efectos en la realidad, como la violencia que pueden sufrir los sujetos que son hombres con una expresión de género femenina. Esa violencia, para mí, es patriarcal y machista, pero sin esta teoría no se puede explicar. La violencia de un hombre con expresión femenina debería ser competencia del feminismo. Ojalá hubiese un botón que pudiésemos pulsar para que el género no existiese, pero no es posible.
- En Gijón las jornadas defendías que el colectivo feministas y el LGTBI tienen agendas distintas que no pueden unirse.
-Yo a ellas les preguntaría si la violencia física ejercida contra mujeres transexuales nos compete o no, porque se les agrede por ser vistas por el mundo como sujetos femeninos. O las violencias sobre cuerpos que ellas llamarían claramente hombres pero que son hombres que, sin ni siquiera ser "trans", son femeninos. ¿Esa violencia no es patriarcal?
- El movimiento se está polarizando.
-Sí, es muy preocupante ver cómo está evolucionando el debate en redes sociales. Las feministas deberíamos reflexionar sobre el tono que estamos teniendo porque ahora mismo les estamos siendo muy útiles a Vox y a la ultraderecha.
