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La zona del ahogamiento del Cares, "peligrosa" y difícil para niños, alertan guías y empresarios

Algunas compañías de turismo activo del entorno aseguran que no ofrecen la ruta a menores l "Yo no haría allí esa actividad", afirma Calo Soto

El tramo del río Cares en el que se produjo el accidente.

El sifón aguas abajo de Mildón (Peñamellera Alta), el punto fatídico del río Cares donde una niña de catorce años falleció ahogada el pasado viernes, es un paso "peligroso", "exigente", complicado para una excursión con menores. Esta conclusión de algunos guías de la zona y empresarios de rutas de turismo activo en el oriente de Asturias les hace mirar con cierta suspicacia hacia el lugar del desgraciado accidente que se llevó la vida de una joven madrileña al volcar la canoa en la que participaba en una ruta fluvial con sus compañeros de campamento.

El sifón, algo así como un "embudo" natural creado por algún obstáculo -una gran piedra en este caso-, es "de sobra conocido" en la zona, difícil en cualquier caso pero más cuando el río baja, como en esta época, con poco caudal, reflexiona el empresario de turismo activo Ricardo Soto, "Calo", director de la Escuela Asturiana de Piragüismo. Hablando solo de su experiencia como promotor de excursiones de aventura en el oriente y desde sus conocimientos como técnico y monitor de aguas bravas y seguridad, afirma que "yo nunca haría ahí esa actividad", menos con niños y teniendo en cuenta que aguas abajo de Niserias hay "mucho río para desarrollarla" con menos peligro. "Con niños", subraya, en el ocio de aventura "debe hacerse lo extremadamente fácil".

El paso de Mildón, junto al coto salmonero Pared del Agua, no presenta problemas cuando el cauce está más lleno y el sifón cubierto de agua. En ese caso, "ni te enteras". Pero con poco caudal es un punto "de cierto riesgo", "la piedra deja debajo una oquedad por la que puede pasar el agua, pero no una persona en caso de vuelco", lo que dificulta la salida y aconseja que en las excursiones "se monte" en esta zona "un seguro, con gente en tierra con cuerdas y bolsas de seguridad o alguien atado para meterse en el río en caso de necesidad".

Sin entrar a especular con lo sucedido en la desdichada tarde del viernes, y muy consciente de que la tragedia puede aguardar tras cualquier recodo, Soto comparte la sorpresa y el lamento de todo el sector del ocio de aventura en el oriente. La actividad de canoa raft es un descenso de aguas bravas en una lancha hinchable para uno o dos ocupantes. La excursión donde falleció la menor madrileña, que compartía embarcación con una compañera, la organizaba una empresa subcontratada por la organización del campamento donde estaba alojado el grupo de jóvenes en Comillas (Cantabria).

Los responsables de otras compañías de la zona que conocen bien esa sección del Cares y que tienen en su oferta estos descensos coinciden en que el punto del accidente es un tramo "exigente". Por ahí, de hecho, "yo no meto a críos", afirma Quique Bárzana, de la empresa DiverRiver, que en esa zona organiza la actividad con muchas precauciones, en grupos de ocho adultos al cuidado de dos monitores.

Los empresarios consultados en el consternado sector del turismo activo subrayan la importancia de la formación y la profesionalidad que caracteriza a una actividad que apenas ha registrado percances graves en más de un cuarto de siglo de servicio en la zona.

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