Un grupo de geriatras ha presentado al Principado una serie de propuestas destinadas a mejorar la atención que precisan las personas mayores que viven en las residencias, basándose en "las lecciones aprendidas" con la pandemia por covid-19. Sus sugerencias, enfocadas también a estar preparados por si se produce una situación similar, abarcan desde la atención integral de las personas en el marco de la coordinación sociosanitaria, hasta la reforma necesaria en los centros residenciales de cara al nuevo modelo hacia el que se plantea avanzar la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar.

Las profesionales apuestan por implantar un modelo de valoración geriátrica integral, lo que permitiría "detectar los problemas y necesidades de salud de nuestros mayores y poder realizar así un plan de atención individualizado y adaptado a cada residente". En su opinión, este informe debería incluirse en la historia clínica electrónica y ser accesible desde todos los niveles asistenciales.

Otra de las recomendaciones de estos especialistas es que se modifiquen los protocolos de ingreso en las residencias, para lo que sería conveniente "modificar el formato actual del ERA (la red pública) y realizar una valoración geriátrica integral de forma sistemática al ingreso, periódicamente según las necesidades detectadas y tras padecer un proceso que conlleve una pérdida funcional o cognitiva". Se trataría, en definitiva, de establecer un "mecanismo para detectar de forma precoz situaciones que pueden ser reversibles y que puedan disminuir la calidad de vida".

El nuevo modelo de atención a los ancianos sería la de integrar la figura del geriatra de enlace entre las residencias y la Atención Primaria, Hospitalaria y Especializada. Según afirman, "este podría ser un primer paso para que en cada área sanitaria se estableciese un programa de atención domiciliaria, un equipo interconsultor y otro de apoyo post-alta hospitalaria".

El conjunto de geriatras que ha elaborado el documento de propuestas también plantea la necesidad de constituir equipos multidisciplinares integrados por auxiliar de clínica, enfermería, fisioterapeuta, educador físico, terapeuta ocupacional, psicólogo, nutricionista y médico. Afirma que esta medida podría "cubrir las distintas y especiales necesidades que presentan estos ancianos por su dependencia funcional y deterioro cognitivo". Pero, además, añaden que "este equipo de profesionales es clave también a la hora de desarrollar un tratamiento específico para las secuelas producidas por el aislamiento e inmovilidad tras el confinamiento".

La necesidad de aumentar las plantillas de auxiliares y enfermería en los centros es fundamental para mejorar la calidad asistencial y solucionar muchos problemas organizativos y funcionales en las residencias geriátricas.

Otro aspecto al que se refiere este grupo de especialistas son los déficits estructurales o de habitabilidad de las residencias. De ahí que se proponga, en una primera fase, abordar las reformas más prioritarias para, por ejemplo, fomentar las habitaciones individuales o dobles con una distancia mínima de dos metros entre los pacientes y evitar las habitaciones triples. "Esto exigiría disminuir el número de ingresos en los próximos meses en las residencias, dando prioridad a los casos más urgentes y apelar a la paciencia de las familias".