Muchas cosas en la vida, en el fondo, son una cuestión de confianza. Confianza que en esta etapa poscovid-19 es fundamental. Si no que se lo pregunten a los responsables de las residencias de ancianos, establecimientos duramente golpeados por la pandemia. Muchos fallecidos y muchos contagiados que en ocasiones han dejado en evidencia la falta de medios de preparación de sus empleados y responsables, pero no todos los casos son así. Ni mucho menos, por ello no deben pagar “justos por pecadores”.

El Principado cuenta con centros gerontológicos de gran nivel. Espacios donde sus residentes se sienten como en casa, o incluso mejor, algo que se nota. Por ello, sus familiares, en estos meses de estado de alarma y confinamiento, han mostrado su total confianza en los responsables de estas residencias y en su personal, el cual, en muchos casos, ha demostrado una implicación digna de admiración. Así lo reconoce Elia Peña, directora de un centro para mayores de Colloto, quien no oculta su gratitud y apoyo tanto a unos como a otros. Han sido unas semanas complicadas y tener esa respuesta por ambas partes es algo que quiere agradecer públicamente. Al final, son todos una gran familia, lo que implica que hay que estar unidos para lo bueno y para lo malo. Una “prueba de fuego” que han superado con creces, puesto que en el centro no ha habido ni hay ningún residente que haya dado positivo. Esto permite a los residentes deambular con tranquilidad por todos los espacios de la misma, jardines privados incluidos, aunque siempre manteniendo la distancia de seguridad y adoptando las medidas higiénicas necesarias.

El centro, ubicado en Colloto, cuenta con un total de 43 habitaciones con baño propio, con un total de 83 camas distribuidas en tres plantas -5 en la planta baja, 16 en la primera y 22 en la segunda-, en las cuales también se encuentran diversas zonas comunes como dos comedores -uno para dependientes o personas con deterioros cognitivos y otro para el resto de residentes-, salas de actividades, gimnasio, peluquería, aseos de uso público y almacenes.

Unas instalaciones de primera en las que disfrutan de todos los cuidados, fiestas varias y un sinfín de actividades, así como de la visita de sus familiares siempre que estos lo deseen entre las 09.00 y las 20.00 horas, un horario que en las últimas semanas se ha restringido debido a la crisis sanitaria, siendo necesario concertar estas visitas y las salidas con los residentes mediante cita previa.

Servicios médicos, talleres y rehabilitación

El centro, que cuenta con cocina propia y sirve menús adaptados, dispone de servicio de enfermería y farmacia, así como con médico propio, psicólogo y terapeutas ocupacionales que realizan con los residentes actividades a nivel funcional, cognitivo, rehabilitador y de ocio. Asimismo, dispone de equipo de rehabilitación y servicios de peluquería y podología.

Estancias indefinidas y temporales

Los residentes de este centro gerontológico ovetense tienen la opción de alojarse allí bien de forma indefinida o bien durante estancias temporales porque las familias se van de viaje, están convalecientes de alguna dolencia o patología, por motivos laborales, alguna celebración... o las denominadas “estancias de descanso familiar”. Y es que la dedicación plena y continuada durante largos periodos de tiempo al cuidado de los mayores, unida al desgaste físico y emocional derivados, hace recomendable que el cuidador disfrute de un descanso con la tranquilidad de saber que siguen cuidados como en sus casas.

Atención integral y alojamiento de pacientes oncológicos

Por último, destacar que ofrece un servicio dirigido a personas que, obligadas a recibir un tratamiento oncológico, precisen supervisión, ayuda o cuidados especiales durante su convalecencia; o que por tener su residencia habitual en otros puntos de la región alejados de la zona centro necesiten una estancia temporal en las inmediaciones del centro hospitalario de referencia, minimizando las molestias de los desplazamientos y optimizando al máximo los beneficios del tratamiento.