El brote de coronavirus declarado anteayer en el noroccidente de Asturias no crece por el momento. Originado por una mujer de la República Dominicana que contrajo el covid-19 en su país -del que regresó el martes de la semana pasada- y reside en el concejo de Valdés, se sabe que dos infectados están "clarísimamente vinculados" a ella, pues comparten domicilio. El tercero, una auxiliar de enfermería del Hospital de Jarrio que vive en Castropol, sigue siendo un misterio. "Epidemiológicamente no está claro de dónde procede", precisaron ayer fuentes de la Consejería de Salud. Los rastreadores no logran determinar si el positivo de esta sanitaria está ligado al brote de Valdés o si podría tener alguna relación con el brote de la Mariña lucense (es vecina de Castropol, concejo fronterizo con esta comarca gallega).

Lo que sí está claro es que, por el momento, no se han detectado nuevos positivos en los contactos estrechos de los casos, lo que lanza un mensaje de tranquilidad a la comarca occidental. Además, todos los infectados presentan sintomatología leve.

La Consejería de Salud no ha querido precisar el número exacto de contactos de las personas infectadas que están bajo control de las autoridades sanitarias, pero sí han dejado claro que cualquier relación estrecha con un enfermo "debe mantener cuarentena rigurosa como si fuera positivo y solo puede dejar su casa para circunstancias excepcionales". El Alcalde de Valdés, Óscar Pérez, pidió el martes al consejero de Salud que se garantizase el cumplimiento de las cuarentenas, toda vez que los municipios no son informados de quiénes son las personas bajo seguimiento y por tanto no tienen medios para velar por que cumplan el protocolo. No obstante, ayer, tras ser informado más detalladamente al respecto se mostró seguro de que se actúa correctamente: "Tengo la seguridad de que se están haciendo las cosas bien. No tengo ninguna duda y solo queda hacer un llamamiento a la responsabilidad". En este sentido, destacó la importancia de cumplir el periodo de cuarentena que marcan los responsables sanitarios.

El Alcalde de Castropol, Francisco Javier Vinjoy, también considera que los municipios poco pueden hacer para contribuir al cumplimiento de las cuarentenas ya que reciben una información muy escueta. "El número de casos en cuarentena es una información que alguien tendría que saber porque a los Ayuntamientos nos dan muy pocos datos", precisó tras recibir el aviso de que había un positivo en su concejo.

Por otro lado, ayer llegaron buenas noticias desde el lado gallego de la ría del Eo. No en vano, la Xunta de Galicia levantó ayer las restricciones en buena parte de la zona lucense afectada por el brote de La Mariña, que se da por "controlado". De esta manera, los concejos de Viveiro, Xove, Cervo, Foz, Barreiros y Ribadeo recuperan la libre movilidad y solo el concejo de Burela se mantiene aislado (sus habitantes no podrán salir del concejo). Y es que, de los 151 casos de covid-19 activos este miércoles en La Mariña, el setenta por ciento se localizan en este concejo.

La noticia de la apertura fue recibida con satisfacción en Ribadeo, concejo que hace frontera con Castropol y que mantiene unas relaciones especialmente fluidas con la zona del occidente asturiano. En suelo ribadense solo hay dos casos positivos activos actualmente.

La asociación de comerciantes (Acisa) de Ribadeo, entidad que preside el castropolense Francisco Iriarte, emitió ayer un comunicado que aplaude el levantamiento de las restricciones desde la pasada medianoche. "Esperamos que esto suponga el reinicio del verano. Aquí estamos preparados para dar un servicio seguro a visitantes y a nuestros vecinos", indicó.