El Arzobispado confirmó ayer que el misionero avilesino Fermín Riaño sustituirá a Juan Manuel Hevia como párroco de Pola de Siero, tal y como había adelantado LA NUEVA ESPAÑA. "Estoy encantado y muy agradecido", confesaba el religioso a este periódico, una vez supo que había sido destinado a la capital sierense.

Riaño llevaba tres décadas como misionero en el continente asiático. En concreto, estuvo destinado en Udon Thani (Tailandia), en la frontera con Laos y Camboya. Antes fue coadjutor en la parroquia de Sama de Langreo. Se fue a Tailandia como misionero en 1991 y volvió a España a finales del año pasado, tras ser responsable de las Obras Misionales Pontificias en el país asiático.

"Tenía ganas de volver y, encima, llego a una parroquia que está en el corazón de Asturias y muy viva, con la gente muy implicada", resumía el que, a partir de septiembre, será la cabeza visible de la comunidad católica en Pola de Siero. Asegura Riaño que no se esperaba acabar en Siero, pero "sí que habíamos hablado ya de que era el momento de volver a Asturias".

El último año estuvo realizando una serie de cursos de reciclaje, primero en Ávila y luego en Manresa: "Tenía pensado ir a otro curso en Roma, pero llegó la pandemia y no fue posible".

Riaño recibía la noticia ayer mismo en Gijón, donde pasa unos días con su familia: "El destino lo he sabido hoy", aseguraba, matizando que "no tenía ninguna preferencia por una parroquia u otra, estaba a disposición de lo que el Arzobispado decidiera".

En todo caso, el destino le ha llevado a Pola de Siero, por lo que no escatima en agradecimientos. "Creo que es buen destino. El año pasado me tocó predicar la novena del Cristo de Santa Ana y me pareció una parroquia muy viva, con personas muy comprometidas", insistía Riaño.

Su llegada desplazará al anterior párroco, Juan Manuel Hevia, que ha sido destinado a Colloto. Hevia apenas llevaba cuatro años al frente de la comunidad religiosa, pero dejó huella, especialmente en los jóvenes. De hecho, un grupo de ellos se concentró hace varias semanas, cuando anunció su partida, para reconocerle la labor realizada.