El uso obligatorio de la mascarilla se ha aceptado "con normalidad" entre los clientes de los establecimientos hosteleros, sostienen los responsables de locales consultados por LA NUEVA ESPAÑA. La nueva norma eleva la exigencia del uso en especial en las terrazas, donde solo podrá quitarse la mascarilla mientras se come o se bebe. "La gente actúa de manera responsable", dice Javier Fernández, de "La Pomar", en Langreo.

El hostelero sostiene, no obstante, que las medidas deben buscar un equilibrio entre la garantía sanitaria y la economía. Esta situación, dice, está creando un agujero económico difícil de sobrellevar. "¿Quién va a pagar?". Además, cree que se ha creado un clima de desconfianza hacia el sector hostelero: "El turista ya no ve Asturias como un destino seguro, hemos generado desconfianza".

Evelio Sánchez, propietario del restaurante "Villuir", en Luarca, explica que la población está concienciada con las nuevas normas aplicadas por el Principado. "De momento la gente cumple". Comenta que siempre hay alguna excepción, pero no es la tónica general. El hostelero luarqués opina que las medidas son correctas "mientras sirvan para algo".

"Lo primero es acabar con el virus, frenar los contagios", sostiene, ya que sin contener la pandemia, los negocios hosteleros volverán a cerrar sus puertas, con lo que no podrán trabajar.

Antón Puente, propietario de los hoteles "Los Lagos" en Cangas de Onís y "Puebloastur" en Parres, ve muy positiva la actitud que están teniendo los asturianos respecto a las nuevas medidas. Y cree que son necesarias ante la llegada de turistas procedentes de otros territorios españoles con más contagios: "Hay que tener mucho cuidado para no introducir el virus de nuevo en Asturias, es necesario protegerse para crear confianza", asegura.