La evolución de la pandemia en Barcelona va tan solo unos días por detrás de la de L'Hospitalet de Llobregat. Mirar hacia lo que está pasando en este municipio vecino señala, en buena medida, lo que acabará ocurriendo también en la capital de catalana. El Govern pidió ayer a los ciudadanos de Barcelona y de 17 municipios de su área metropolitana (Viladecans, El Prat, Sant Joan Despí, Sant Boi, Cornellà, Esplugues, Sant Just Desvern, Montcada i Reixac, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià del Besòs y Badalona) que solo salgan de casa si es imprescindible -para ir a trabajar o comprar comida- y que no se desplacen este fin de semana ni vayan a segundas residencias.

Es una recomendación, no una prohibición (los Mossos no multarán a quienes se muevan), pero, como advirtió la consejera de Salud, Alba Vergés, es también el paso previo de "medidas más drásticas". Aviso para navegantes: un confinamiento como el vivido hace meses (ya sea total o perimetral) no está, ni mucho menos, descartado. Y es un escenario plausible en las próximas semanas.

"La transmisión comunitaria existe. No estamos prohibiendo, estamos pidiendo que la gente evite las salidas. Si no, tendremos que tomar medidas más drásticas que nadie quiere. Nos movemos en un momento horroroso de complejidad", dijo Vergés, visiblemente preocupada. "En los hospitales está habiendo un incremento de personas en las urgencias, en las ucis y de hospitalizaciones", avisó.

La atención primaria, según la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (Camfic), lleva semanas en "prealarma". Ayer, Salud informó de 1.293 nuevos contagios registrados en Cataluña en las últimas 24 horas. Son cifras similares a las de marzo. Barcelona, en solo una semana, ha visto triplicar los nuevos casos.

La Diada de Sant Jordi, prevista para el próximo 23 de julio, "con toda probabilidad", se volverá a suspender, como reconoció la consejera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó. No así el Festival Grec de Barcelona, ya que en este evento hay "distancia" entre las personas y un "control" (previo registro) de los asistentes. "Se acabará de decidir (si se suspende), pero puede ser que este tipo de actividades se puedan mantener", agregó Budó.

El Govern sí ha aprobado algunas prohibiciones, como los encuentros de más de 10 personas tanto en el ámbito público como el privado, la limitación del aforo al 50% en la hostelería (no se podrá consumir en la barra y, además, la distancia entre las mesas de las terrazas será mayor) y se suspende, de nuevo, la apertura al público de teatros, cines, eventos deportivos, las actividades lúdicas y los establecimientos de ocio nocturno.

Además, será necesario tener cita previa para ir a comprar a los comercios. Es, en toda regla, una vuelta a la fase 2 de la desescalada. "Hemos de dar un paso atrás para corregir los rebrotes", explicó Budó. Todas estas medidas durarán, de momento, 15 días y entrarán en vigor cuando sean aprobadas por un juez y se publiquen en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC).

Este plan restrictivo presentado para Barcelona y su área metropolitana será también extendido a la comarca leridana de La Noguera, que está pegada a la del Segrià, el punto caliente de la pandemia en la comunidad autónoma en estos momentos.

"En La Noguera se han multiplicado por tres los contagios de una semana otra. Hay diferentes brotes localizados, por eso también ahí hay que actuar en el ámbito social", dijo Vergés. Las medidas buscan "evitar al máximo posible el contacto social", ya que, según Salud, la mayor parte de estos contagios se están produciendo en encuentros familiares y sociales.