La lenta progresión del goteo de casos de coronavirus en Asturias añadió ayer el noveno y el décimo positivos en doce días, una avilesina de 49 años que viajó a Valencia y llegó a la región en autobús y un hombre regresado de una estancia en Santander, confirmado en Gijón. Ambos completan una decena de nuevas infecciones desde el 7 de julio, el primer día después de 25 consecutivos sin contagios, y suben a ocho las de esta semana en la autonomía que sigue siendo la de más baja incidencia del covid-19 en España. El desplazamiento en autobús de la avilesina, que viajaba acompañada, puede elevar además de forma significativa el número de personas que han mantenido contacto con la infectada y que deben ser evaluados para evitar la expansión del virus. De entrada, el rastreo ha empezado a citar para hacerse pruebas a los pasajeros que compartieron vehículo con la mujer contagiada.

En los dos casos recién certificados se han establecido posibles vínculos con desplazamientos fuera de la región, de acuerdo con un patrón que se repite en prácticamente todos los positivos del todavía leve repunte asturiano: hay dos sin relación entre sí que habían viajado a Cataluña, los tres detectados en Valdés son una mujer regresada de la República Dominicana y dos de sus contactos y en Gijón están infectados un hombre procedente de Chile y su esposa. Quedaría por determinar el origen del contagio de una auxiliar de enfermería residente en Castropol y trabajadora del hospital de Jarrio y fuera del recuento de Asturias está el de una niña avilesina que contrajo el virus tras participar en un campamento en Soria.

Como todos sus antecesores recientes, los dos confirmados ayer, ambos residentes en Asturias, presentan sintomatología leve y quedaron aislados en sus domicilios. Los dos fueron atendidos en centros de salud de sus áreas sanitarias y los positivos fueron confirmados mediante pruebas PCR en los hospitales cabecera, el de la mujer en el San Agustín de Avilés y el del hombre en el de Cabueñes, en Gijón. Ambos centros hospitalarios se ocupan de los test al entorno de los infectados. Mientras tanto, el Servicio de Vigilancia Epidemiológica ha iniciado el estudio de sus contactos estrechos para tratar de contener en lo posible la transmisión del virus y permanece en contacto, según fuentes del Principado, con sus homólogos en las comunidades de las que habían regresado los dos pacientes.

Asturias tenía el viernes bajo vigilancia a 32 personas que han mantenido contacto estrecho con infectados de coronavirus, pero la carga de trabajo de los rastreadores asturianos crece. Cada vez hay más tarea de localización de contactos para un plantel de investigadores que figura entre los menos nutridos de España. Las treinta personas que se encargan en Asturias de la localización y seguimiento de los vínculos de las personas infectadas, asistidos por otras cuatro que se encargan de la gestión y coordinación del sistema, tocan a una media de un vigilante epidemiológico por cada 34.000 habitantes, una de las ratios más bajas de España. Casi la empeora sólo la de Navarra y se sitúa muy lejos de las menos de 4.000 personas por buscador de contactos que se adjudica La Rioja.

Hay muchas dudas sobre la proporción idónea y expertos que ponen el ejemplo de Alemania, que se ha propuesta contar con un rastreador por cada 4.000 residentes, siguiendo una regla que en España solamente rondan las plantillas dedicadas al rastreo en La Rioja, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana. Pero el protocolo de control de la pandemia no fija umbrales mínimos para las comunidades, habida cuenta de que en la cantidad "adecuada" que debe tener cada una influye una multitud de factores sobre la estructura demográfica, la fortaleza de la atención primaria o el momento en que se encuentre la incidencia de la pandemia en cada territorio, muy baja todavía en Asturias.

Tampoco sale bien parada la región en cuanto al número de contactos identificados e investigados en el entorno de cada positivo. Es éste uno de los indicadores que el Instituto de Salud Carlos III recopila en sus informes de seguimiento de la pandemia y ubica a Asturias en la media nacional de detección: una única persona vinculada a cada caso. En un recuento que toma como base los casos notificados del pasado día 10 de mayo en adelante e influido asimismo por el nivel de impacto de esta pandemia que ya se ha cobrado 600.000 muertos en todo el mundo, el Principado aparece junto a Cataluña, Madrid y Castilla-La Mancha entre las regiones con menos vínculos detectados en el rastreo de cada caso positivo. El dato presenta una enorme variabilidad entre comunidades y apunta a que Canarias, Extremadura y Andalucía ocupan el extremo opuesto, el de los territorios con más capacidad para identificar los vínculos de los contagiados, con cinco y seis contactos de mediana, un concepto que indica el valor que se encuentra en el centro de una serie de datos, con el mismo número de elementos por encima que por debajo.