El Gobierno del Principado de Asturias no va a ceder ante las pretensiones de su partido y continuará defendiendo su plan de gestión del lobo, por mucho que en Ferraz estén más por la labor de catalogar la especie como vulnerable, para aumentar su protección, que de minimizar el impacto que el cánido causa en las cabañas ganaderas.

"La gestión del lobo y el mantenimiento de la ganadería extensiva es un compromiso electoral del PSOE de Asturias. Nuestro marco legal es el plan de gestión del lobo, fundamentado en criterios científicos y refrendado en varias ocasiones con los tribunales", reivindicó ayer Adrián Barbón en su cuenta de Twitter, contraviniendo las pretensiones de la presidenta de su partido, Cristina Narbona, que aconsejó al máximo responsable de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel), Ignacio Martínez, denunciar ante los jueces y echar mano de una sentencia del Tribunal Europeo para defender la protección del lobo en áreas habitadas de Castilla y León. Según una carta a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, en esta estrategia estaría de acuerdo el secretario de Estado de Medio Ambiente, el asturiano Hugo Morán, quien también defiende la inclusión del lobo en el Catálogo de Especies Amenazadas, en sintonía con lo que reclaman los colectivos conservacionistas.

Pero desde Asturias continúan aferrados a su posturas. "Hemos trasladado al Ministerio que la gestión del lobo es para nosotros una política medioambiental fundamental para mantener la ganadería extensiva y la biodiversidad asociada a ella", abundó el presidente del Principado. Porque el plan -que tampoco convence a los ganaderos porque, en esencia, no se cumple su contenido en cuanto a la extracción del lobo de las zonas donde hay ataques continuados- "tiene otros elementos vinculados a la prevención y el pago de los daños, en los que queremos seguir profundizando", avanzó Barbón.

A este extremo se sumó el consejero de Medio Rural, Alejandro Calvo, quien asumió que los daños provocados por los lobos son un asunto que "difícilmente" se puede resolver, pero que se debe gestionar con más prevención, más controles y a través de ayudas y pagos "justos" a los perjuicios que generan a los ganaderos. El del lobo, abundó Calvo en el seno de una reunión en Unquera paracon su homólogo cántabro, Guillermo Blanco, "es un conflicto que no vamos a solucionar, pero podemos y debemos gestionar mejor".

En Cantabria, sin embargo, alabó Blanco, el plan de gestión, que "ya está dando sus frutos" gracias a medidas que implican no solo la "extracción" de fauna salvaje, sino también una serie de infraestructuras y comportamientos para tratar de que el ganadero pueda "convivir" con el lobo. En Asturias, los ganaderos creen que el equilibrio es utópico si la gestión no pone el esfuerzo en aplicar normas efectivas e inmediatas.