Valdesoto dio ayer un paso más hacia la consolidación de su gran éxito. La asociación "El Cencerru", el colectivo creado en 2004 para recuperar la tradición ancestral de la mascarada de los Sidros y les Comedies, recogió ayer "con mucho honor" la distinción de "Asturianos del mes" de enero de LA NUEVA ESPAÑA. La agrupación se mostró convencida de que el galardón supondrá una dosis de moral extra para retomar la actividad tras la crisis del coronavirus, al que prometen golpear con fuerza en sus representaciones cargadas de humor. "Cuando vuelvan les Comedies vamos a escorrer mucho al bichu", advirtió el presidente del colectivo, Pergentino Martínez, lamentando la cancelación de las citas de este año por la pandemia.

Todo comenzó hace algo más de quince años cuando un grupo de amigos decidió plantar cara al olvido histórico de una tradición ancestral desparecida en los años 50 del siglo pasado y solo recuperada puntualmente tres décadas después. "Llevábamos tiempo comentándolo y fue en 2005 cuando por fin recuperamos la tradición con una versión reducida en la que homenajeamos varias obras históricas", recordó Pablo Canal, uno de los cofundadores de "El Cencerru".

La subdirectora general de LA NUEVA ESPAÑA, Ángeles Rivero, y el director del diario, Gonzalo Martínez Peón, fueron los encargados de entregar a los representantes del colectivo la estela creada por el artista, ya fallecido, José Manuel Legazpi que acredita el premio, una caricatura de Pablo García, dibujante del periódico, y una portada del diario elaborada expresamente para los galardonados. "Queremos reconocer ese pequeño milagro que habéis conseguido rescatando una tradición preciosa y convirtiéndola en algo vivo, valorado, querido y sostenible", explicó Rivero entre muestras de agradecimiento de los distinguidos.

La entrega tuvo lugar en un escenario emblemático y excepcional para estos galardones. Habitualmente el acto se realiza en la Redacción central en Oviedo, pero por cuestiones sanitarias se optó por el campo de la iglesia de San Félix de Valdesoto. Este lugar tiene mucho significado, pues en él nació la mascarada hace siglos -la falta de documentación impide datar la fecha exacta- y es donde cada año las nuevas generaciones de sidros ponen en escena su talento con un espectáculo que ya les ha llevado a actuar en festivales internacionales de Portugal y Bulgaria. De hecho, se ponen como meta seguir exportándolo. "Tenemos invitaciones hasta de Barranquilla (Colombia)", anuncia el presidente con la esperanza de que aparezca financiación. Los integrantes de "El Cencerru" creen estar en racha. Tras conseguir la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) el pasado verano y ahora este reconocimiento de LA NUEVA ESPAÑA, confían en poder cerrar el círculo en septiembre. "A ver si la Fundación Princesa se acuerda de nosotros para el Pueblo ejemplar", dicen los Sidros, que cambiaron para el acto la máscara por la mascarilla.