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Europa se fija en los minikiwis asturianos

Cristina Secades empezó "desde cero" para aprovechar los praos de su abuela en Llanera con una plantación ecológica de frutos enanos que opta a financiación de Bruselas

Cristina Secades muestra un racimo de minikiwis en su plantación. MIKI LÓPEZ

Hace tan solo cuatro años que Cristina Secades (Oviedo, 1982) decidió tomar un "nuevo camino" en su vida y lanzarse a producir minikiwis ecológicos. Como su propio nombre indica son frutos enanos, que no tienen pelo en la piel y que contienen hasta tres veces más de vitamina C que su hermano mayor, el kiwi normal. A esta ingeniera forestal no le salió mal el experimento: su proyecto Kiwín Bio acaba de ser seleccionado por un programa europeo de empoderamiento de la mujer en la industria agroalimentaria. De llegar al final del proceso, Secades podría recibir seis meses de formación personalizada y hasta 10.000 euros para su plantación.

"Me presenté a la iniciativa porque casualmente reunía los requisitos para tener acceso, ya que la finca está situada justo en el límite entre Llanera y Gijón, y esto, a pesar de ser zona rural, está cerca del entorno urbano, por lo que recibir ayudas es muy difícil. Además, es un programa específico para mujeres emprendedoras en el sector de la agroalimentación y valoran todo el trabajo que hay aquí desde cero", expresa. Y es que donde ahora hay una plantación de kiwis antes había solo praos. Los praos de su abuela.

"Mi pasión siempre fue la naturaleza y el medioambiente, de hecho, estudié ingeniería forestal y me especialicé en fruticultura y agricultura ecológica. De ahí me viene un interés por saber de dónde viene lo que comemos y cómo se produce. Entonces, descubrí el minikiwi. Empecé a visitar sitios que lo cultivan, tanto en el extranjero como aquí, y decidí cultivarlo", cuenta sobre el nacimiento de Kiwín Bio, cuyo nombre viene de "kiwi pequeñín".

Cristina Secades cree que "lo más importante" del programa europeo de empoderamiento de la mujer es "hacer relaciones entre nosotras". En concreto, "entre las diez empresarias de España que estamos participando". Hay, de hecho, otra idea asturiana seleccionada: Panduru, que se fraguó durante el confinamiento y que consiste en hacer repostería con pan duro. Este proyecto se encuentra aún en fase de creación, pero sus impulsoras pretenden hacer desde magdalenas hasta galletas. "Aunque estés sola, siempre vas a necesitar ayuda de otros productores o artesanos, sobre todo, de los pequeños, eso es fundamental", destaca Secades.

La joven empresaria está de momento sola produciendo minikiwis. Cuenta que el proyecto empezó "desde cero, sin ayudas económicas de ningún tipo y haciéndolo todo con materiales reciclados". Eso sí, contó con la ayuda de sus padres, su "principal apoyo". "Siempre hay ayuda de algún conocido que desinteresadamente te ofrece una mano, pero hay pocos", apostilla. Por suerte, su empresa no se vio afectada por la crisis del coronavirus, ya que "al ser el primer año de siembra, de momento no comercializo". Además, agrega, "al vivir en una casa colindante con la finca, pude seguir viniendo a encargarme de las plantaciones. Sí que es verdad que, a la hora de hablar con proveedores o necesitar algún repuesto, era complicado. Pero por lo demás, sin ningún problema".

- ¿Y qué hace a su kiwi tan especial?

-Lo primero es que es muy fácil de comer. Es un kiwi que no tiene pelo. Además, siendo ecológico, se come con piel, en la que hay hasta quince antioxidantes más que en la pulpa y tiene tres veces más vitamina C que el kiwi normal; por lo que vas a obtener todas las propiedades del fruto. Visualmente es muy atractivo, y presenta una gran variedad de sabores, se puede elegir. Pero lo más importante, recalco, es poder ver de dónde procede el producto. Hoy en día no sabemos el origen de lo que comemos, hay que volver a humanizar la agricultura.

Cristina Secades insiste en que "ahora todo es ecológico". Hay una moda, un cierto "boom". Por lo que "hay que ir más allá, no quedarse en la mera certificación". La ingeniera forestal incide en el mensaje: "No es solo cambiar un producto por otro que sea bio, hay que hacer mucho más: el cuidado de la tierra, uso de energías renovables, etc. Por ejemplo, nuestros envases son de cartón reciclado". La ovetense piensa no solo en vender kiwis enanos, sino dar un paso más y elaborar productos a partir de ellos, como mermeladas.

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