Asturias ha elevado las limitaciones a la hostelería, en especial al ocio nocturno, tras registrarse dos brotes de coronavirus en Oviedo. Uno de esos brotes se produjo precisamente en una cervecería. El gobierno regional obligará desde hoy a los bares a cerrar a las dos de la mañana y aconseja que se lleve un registro de clientes. También se obligará a servir sólo en mesa y con la distancia de seguridad necesaria.

Salud afirmó hoy que estas medidas (que vuelven a impedir entre otras cosas el uso de las barras en locales como sidrerías), entrarán en vigor en las próximas horas después de que sean aprobadas mañana en el Consejo de Gobierno Extraordinario que realizarán el presidente Adrián Barbón y sus consejeros. Será ese Consejo de Gobierno el que imponga los detalles de esta nueva regulacón.

Restricciones en toda Europa

El ocio nocturno está siendo señalado como uno de los focos de propagación de coronavirus este verano. Muchos países europeos se han mostrado firmes para evitar aglomeraciones en espacios generalmente cerrados, impidiendo la reapertura del ocio nocturno tras el confinamiento. Una tendencia que también se ha trasladado a España, donde son varias ya las comunidades que imponen limitaciones a la actividad en discotecas, clubs y bares con la intención de frenar los brotes de covid-19 que podrían provocar una segunda ola de la epidemia. En Asturias, el Principado dio el pasado viernes un ultimátum al sector: o cumplen las medidas o cierre al canto

Baleares ya prohibió, desde el fin del estado de alarma, la apertura de discotecas en zonas turísticas de Mallorca e Ibiza, y las de un aforo mayor de 300 personas en el resto de la comunidad; Cataluña cerró discotecas; Aragón hizo lo propio al hacer retroceder a varios municipios, también Zaragoza capital, a una especie de fase 2 flexible; Murcia solo deja abrir las terrazas de los bares de copas (con los clientes sentados) y Navarra ha limitado horarios de estos locales hasta las dos de la madrugada. Andalucía, País Vasco y Madrid también barajan limitar el ocio nocturno y Galicia, por ejemplo, ha decidido prohibir el botellón, como luego hizo Asturias.

En Europa las autoridades también han tenido que volver a imponer medidas restrictivas en el mundo de la noche, uno de los más perjudicados. La tónica general es la de cerrar o restringir al máximo el aforo, si bien cada país presenta sus particularidades.

Las discotecas siguen cerradas, aunque se permite el ocio nocturno en pequeños establecimientos y otros más amplios al aire libre, lo que casi siempre deriva en aglomeraciones. El Instituto Superior de Sanidad italiano constató en su último informe la reducción a 40 años de la edad media de las personas infectadas.

En Alemania la pandemia del coronavirus ha afectado duramente el negocio nocturno en ciudades como Berlín o Hamburgo, en donde las medidas de prevención han forzado al cierre de los tradicionales clubs de música tecno.

Dentro del plan de desconfinamiento del Reino Unido aún no hay fecha para la reapertura de discotecas, salas de baile o locales nocturnos, donde se considera que es prácticamente inevitable el contacto físico.

No obstante, a partir del 1 de agosto podrán volver a la actividad en Inglaterra establecimiento del ocio como boleras, casinos y pistas de patinaje, según indicó el primer ministro británico, Boris Johnson, al anunciar la última fase de la desescalada el pasado 17 de julio.

En Francia las discotecas y lugares de ocio nocturno no podrán volver a abrir por lo menos hasta septiembre, aunque todavía no hay siquiera una fecha para la reapertura.

En Holanda la reapertura de discotecas y clubs está prevista también para el 1 de septiembre, mientras que bares, restaurantes, cafeterías, cines y teatros han reabierto con aforo limitado y medidas sanitarias reforzadas. La propagación del coronavirus aumentó esta semana en este país, con 987 nuevos casos hasta el día 24, lo que supone casi el doble de la semana anterior, cuando se registraron 534 infecciones confirmadas.

En Bélgica las discotecas y salas de baile permanecerán cerradas en principio hasta el próximo 1 de septiembre, aunque la fecha podría cambiar en función de la situación epidemiológica, que ha empeorado en los últimos días con un repunte de los contagios.

En Luxemburgo los bares deben cerrar a las 12.00 de la noche como muy tarde, so pena de una multa de 4.000 euros. Estos establecimientos, como los restaurantes o cafeterías están obligados a garantizar la distancia de metro y medio entre los clientes y servirles en mesa.

En Moscú, el principal foco de covid-19 en este país, los establecimientos de esparcimiento y diversión, incluido el ocio nocturno, reanudaron su trabajo el pasado 13 de julio, en el marco de una desescalada gradual que comenzó hace dos meses. En San Petersburgo, la segunda ciudad del país y una de las más afectadas por la pandemia, los negocios de ocio nocturno aún permanecen cerrados.

En Austria las discotecas y otros locales nocturnos solo pueden abrir hasta la una de la madrugada, lo que ha obligado a muchos de estos negocios a cerrar por la caída de ingresos. Además, es obligatorio mantener la distancia física, aunque en la práctica muchas de estas salas de ocio se encuentran casi vacías, especialmente las que carecen de terrazas o espacios al aire libre.

Las discotecas y todos los lugares de ocio nocturno en Bulgaria reabrieron el 15 de junio con la condición de funcionar con la mitad del aforo permitido. Debido a los rebrotes que se vincularon con estos espacios, las autoridades sanitarias decretaron su cierre el 10 de julio -con la excepción de aquellos locales con terrazas-, pero esa medida duró menos de dos días por las protestas de los empresarios del sector.

Se ha recomendado una limitación máxima de aforo de 350 personas, respetar la distancia física de metro y medio, el uso de mascarillas, empleo de desinfectantes y mediciones de la temperatura. Sin embargo, según señalan los medios croatas, esas reglas apenas se cumplen porque no son obligatorias y no está claro qué sucede si se ignoran.

Los empresarios, conscientes del peligro

Los empresarios del ocio nocturno gijonés ya eran conscientes ayer en un reportaje con este periódico de que su sector está siendo observado con lupa debido a los contagios por coronavirus que se han dado en bares de copas en otros lugares de España. Pero lejos de estar molestos, consdieraban que la creciente presencia policial es "positiva" y ayuda a que "todo el mundo cumpla con sus obligaciones", tantos locales como clientes. "Son medidas drásticas, pero necesarias", indicaban, sobre los desalojos y multas en varios negocios durante las últimas semanas. Las policías Nacional y Local registraron los pasados viernes y sábado casi todos los establecimientos de Fomento, Cimadevilla y la Ruta de los Vinos. "La inmensa mayoría cumple", destacaban los hosteleros.