La hostelería tiene barra libre para pedir expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta el 30 de septiembre. Pero con ciertos límites. Siempre y cuando el hostelero justifique que la situación así lo requiere. Es decir, cuando vea que su negocio comienza a caer. Es, precisamente, lo que puede ocurrir a partir de ahora con las limitaciones para el sector que prepara el Gobierno del Principado para intentar domar los rebrotes del coronavirus.

Existen dos posibilidades. O, mejor dicho, dos casuísticas. Una es que el negocio ya tenga un ERTE en marcha -aprobado por la autoridad laboral- porque su negocio no se haya recuperado del todo aún. Con lo que suspender a los trabajadores de su empleo es relativamente sencillo, explica el presidente del Colegio Oficial de Graduados Sociales de Asturias, Marcos Martínez. Es más, el proceso es casi automático. Solo hay que comunicar los cambios a la autoridad laboral y, evidentemente, a los empleados afectados. Lo mismo ocurre a la inversa. Cuando hay que repescarlos porque el negocio empieza a remontar.

Si embargo, en el caso de la hostelería las cosas han cambiado mucho estas últimas semanas y la mayoría de los establecimientos han recuperado su actividad con lo que hay negocios que ya han desistido del expediente de regulación temporal que tenían en marcha. "Si tienen ya más actividad que hace un año por esta época deberían de haber pedido la anulación del ERTE", señala Martínez. En esos casos el Gobierno le ha puesto algunas facilidades al sector. Por lo que pudiera ocurrir. Uno de los últimos decretos aprobados por el Ejecutivo -seguramente a la vista de que muchas comunidades estaban comenzando a limitar la actividad del sector- incluye una disposición por la cual estos establecimientos pueden solicitar un expedientepor fuerza mayor (que incluyen unas mayores bonificaciones para el empresario) cuando haya una causa que lo justifique. Por ejemplo, dice Martínez, la cervecería del barrio de la Corredoria donde el pasado sábado se detectó un brote sería un candidato idóneo para acogerse a ese tipo de expedientes. Pero también podrían optar aquellos establecimientos que se puedan ver perjudicados por las nuevas medidas que apruebe el Gobierno regional para limitar la actividad del sector. La diferencia respecto a marzo, cuando las peticiones de ERTE se dispararon por el encierro de la población, es que en aquel momento servía con el "silencio administrativo" -es decir, que, si pasaban unos días y la autoridad laboral no se pronunciaba en contra, el expediente se daba por aprobado- pero ahora hay que esperar a que le den luz verde.