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Alivio en parte de la hostelería al abrir la mano el Gobierno en el uso de la barra

El Principado solo impide consumir de pie a partir de medianoche l El sector critica que se "focalice el problema sanitario" en su gremio

Adrián Barbón: "Se que las medidas para el sector de la hostelería generarán críticas pero gobernar es decidir"

Adrián Barbón: "Se que las medidas para el sector de la hostelería generarán críticas pero gobernar es decidir"

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Adrián Barbón: "Se que las medidas para el sector de la hostelería generarán críticas pero gobernar es decidir" M. PALICIO/ M. MARTÍNEZ

El ajuste de las condiciones con las que el Principado tratará de prevenir rebrotes en la hostelería restringirá finalmente sólo a después de las doce de la noche la prohibición de servir consumiciones en la barra y establecerá como "recomendación" la disposición de un sistema de control e identificación de la clientela. Se cerrará toda la hostelería, también los locales de ocio nocturno, a las dos de la madrugada y no se admitirá la entrada de nuevos clientes más allá de la una y media, de modo que en la práctica la prohibición de uso de las barras, fuertemente criticada en el sector, se limitará finalmente a un máximo de dos horas diarias.

Finalmente, el Gobierno fue más flexible en la limitación del uso de las barras. El miércoles había anunciado que las clausuraría en todos los establecimientos. Buena parte de los locales respiraron aliviados. En especial las sidrerías, ya que el consumo de madrugada es mucho menor. También cafeterías y bares.

Con todo, las limitaciones a la hostelería causaron la reacción de la patronal de la hostelería, Otea, acusando al Principado de falta de diálogo y de "focalizar el problema sanitario en el sector". También reclamó "negociación" y que se atendiera a sus propuestas que, si bien recortaba el horario de los locales de ocio nocturno, llegaban a las cuatro de la mañana. Las medidas del Ejecutivo, añadió, supondrá la pérdida de más de 1.000 empleos y más de 300 establecimientos "a los que hoy se les ha quebrado su futuro". El Consejo de Gobierno del Principado trazó ayer los límites de la "prudencia y la anticipación" con las que quiere dirigir a la hostelería tras detectar el primer rebrote originado en un bar, el pasado fin de semana en el barrio ovetense de La Corredoria. Las barras solo cerrarán a partir de la medianoche porque "consideramos", se justificó ayer el presidente del Principado, que desde ese momento empieza a ser "más difícil mantener las medidas de seguridad" y distancia que se requieren antes de esa hora para el consumo en el mostrador.

"Hay que dar un paso más", se esforzó Adrián Barbón antes de fijar como simple consejo la necesidad de tener identificados a los clientes en un documento que debe conservarse un mes y en el que conste su nombre y apellidos y fecha y hora de acceso y salida, "previo consentimiento del interesado".

La norma aprobada ayer no va más allá, resaltó el jefe del Ejecutivo regional, porque una consulta a los servicios jurídicos detectó "dificultades añadidas si no hay ánimo colaborador en el sector hostelero". Otras comunidades autónomas "han tenido problemas legales" al tratar de imponer el registro, explicó el Presidente, que dijo que sabía que recibiría críticas, pero que "gobernar es decidir" y que ahora cabe "ser contundente" por adelantado para "no tener que tomar medidas, como otras comunidades autónomas, cuando ya sea demasiado tarde".

Es por su bien, vino a decir Barbón a los hosteleros, indignados por la dureza de las restricciones, súbitamente enfadados ahora con el Principado tras haber reconocido expresamente su gestión de la pandemia. Se trata de "poder detectar automáticamente" cualquier rebrote y asociarle "una respuesta drástica". Sus decisiones, dice, buscan "frenar los contagios, tenerlos controlados, actuar con contundencia y evitar que dentro de un mes la situación se nos vaya de las manos y tengamos que ir a un cierre total. La alternativa no es esperar y dejar pasar", como están haciendo otros líderes políticos, subrayó. "Mejor tomar medidas ahora que vernos en un mes en un cierre".

Los empresarios se quejaron de la dureza de las medidas y de falta de diálogo previo con los afectados. Aquí, Barbón niega la mayor y afirma que el sector "sabía de sobra que estábamos trabajando en estas medidas, hubo una reunión y se les comunicó. Acepto todas las críticas, pero anteponemos la salud pública a cualquier otra consideración, y estas medidas son proporcionadas, responsables, pero también contundentes, para intentar frenar una nueva ola de contagios".

Puesto ante la actitud de otras autonomías, entre ellas Galicia, que han decidido alentar el registro y el control de todos los viajeros que lleguen procedentes de determinadas regiones con incidencias elevadas del virus, Barbón no descarta replicarla. Estamos, dice, "siguiendo de cerca, analizando" esa alternativa, que están valorando los servicios jurídicos del Principado.

La visión de la hostelería asturiana es bien distinta, ya que considera que las medidas de restricción que ya han entrado en vigor, "focaliza el problema en el sector, suponen un fuerte golpe a la actividad turística y hostelera de Asturias, y aboca al cierre total de todo el sector del ocio nocturno" en la región.

La patronal Otea, que preside José Luis Álvarez Almeida, asegura que los hosteleros asturianos son conscientes de la situación, "siempre lo hemos sido", y por eso presentaron varias propuestas al Principado "tratando de causar el menor perjuicio a la economía del sector".

Las tres medidas principales eran: establecer el cierre del ocio nocturno a las cuatro de la mañana; no utilizar las barras en los locales de ocio nocturno, y desarrollar de manera conjunta con el Principado un sistema de control de datos de los clientes que fuera eficaz, por ejemplo, con la implantación de una app.

"Sin embargo, se ha optado por decisiones totalmente negativas para el sector turístico y hostelero de Asturias, que focaliza el problema sanitario en nuestro sector, que tiene que soportar un nuevo envite y que para los locales de ocio nocturno supone abocarlos a su desaparición, porque ningún negocio va a poder sostenerse con el horario de cierre aprobado (las dos de la mañana)".

Los hosteleros también plantean algunas dudas al Ejecutivo regional que encabeza Adrián Barbón. Por ejemplo, "¿cómo van a controlar los lugares como las zonas rurales donde durante la noche no hay control policial?" Y añade la patronal: "¿Podrás convertirse en los centros de la noche, a los que se accede impunemente desde las ciudades?".

Otro de los problemas que describe Otea tiene que ver con los negocios focalizados en bodas y celebraciones, muchas de ellas retrasadas por el confinamiento y por las distintas fases de la desescalada y que ahora "se ven coartadas en su desarrollo habitual".

Un problema que afecta especialmente a los establecimientos en los que se desarrollan los enlaces que se celebran por la tarde e incluye fiesta por la noche. "Muchas veces a medianoche están todavía con los postres. ¿Qué se hace con los novios y sus invitados a la una y media? ¿Se les expulsa del local a media celebración?", plantean desde la hostelería.

El sector reclama medidas fiscales y laborales "para facilitar la pervivencia de los negocios", ya que "se protege a la sociedad con medidas sanitarias, pero se abandona a los negocios sin ayudas para proteger el empleo y la actividad económica, detrás de las que hay miles de familias, empresarios y trabajadores que tratan de subsistir haciendo su trabajo". Otea insiste en negociar y llegar a acuerdos.

"Nos tratan como a borreguitos, yo a la gente la veo muy concienciada"

A Pepín Braña el nuevo límite de horarios le preocupa más bien poco porque reconoce no ser "trasnochador", pero no puede evitar sentir "que los políticos tratan a la gente como a borreguitos". En sus visitas asiduas a Casa Ataúlfo, su impresión es que "la gente se porta estupendamente bien" y está en general "muy concienciada" con la pandemia. "Si ven que hay mucho jaleo, se van. Los dueños no tienen ni que intervenir. No todos incumplen las normas", aclara. Ataúlfo Blanco, dueño del local, explica que "las normas está para cumplirlas" y que, en realidad, se esperaba que el límite horario fuese aún mayor: "Solo queremos trabajar".

"Menos mal, la mayoría prefiere la barra", dicen en las Cuencas

Las nuevas restricciones impuestas a los locales de hostelería no impiden que la sidra siga espalmando en uno de sus templos, la ovetense calle Gascona. "La barra de las sidrerías no funciona más allá de las doce de la noche", explicaba ayer el propietario de la sidrería El Ferroviario, Alberto Rodríguez. El matrimonio formado por Mario Suárez y Maria Eugenia Collar son habituales: "Bebemos sidra en la barra, en la mesa o en la terraza", explicaban. Suárez aplaudía las medidas "porque no estábamos relajando todos un poco". Ayer regresaron de viaje tras un mes fuera de Oviedo y no pudieron faltar a su cita con la bebida regional. Eso sí, en la barra.

Las sidrerías de las Cuencas acatarán las decisiones del Principado, aunque respiran con alivio al saber que podrán seguir sirviendo en barra hasta las doce de la noche. Así lo explica Julio César Díaz, del Lagar Alonso, en Sama: "La mayoría de los clientes prefieren pedir desde la barra, menos mal que podremos hacerlo". Aún así, añade que "vamos como los cangrejos, por lo que debemos intentar hacerlo bien por la salud de todos".

Confusión entre los hosteleros avilesinos por las nuevas normas

Los hosteleros de Avilés reprochan la confusión sobre las medidas restrictivas. "Ni el cliente ni nosotros sabemos a qué atenernos. Nadie tiene nada claro", explica José Manuel Tedín, dueño de El Portón, en la plaza Alfonso VI. Por su parte, Juan Carlos Pomar, dueño del bar Doya, situado en la calle Pedro Menéndez, afirma estar "muerto de miedo". "Tengo un aforo para 13 personas, sin las cinco que pueden entrar en la barra me quedo en nada", lamentaba.

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