A Pepín Braña el nuevo límite de horarios le preocupa más bien poco porque reconoce no ser "trasnochador", pero no puede evitar sentir "que los políticos tratan a la gente como a borreguitos". En sus visitas asiduas a Casa Ataúlfo, su impresión es que "la gente se porta estupendamente bien" y está en general "muy concienciada" con la pandemia. "Si ven que hay mucho jaleo, se van. Los dueños no tienen ni que intervenir. No todos incumplen las normas", aclara. Ataúlfo Blanco, dueño del local, explica que "las normas está para cumplirlas" y que, en realidad, se esperaba que el límite horario fuese aún mayor: "Solo queremos trabajar".