"Pasamos una temporada sin casos, pero era esperable que a Asturias llegaran personas infectadas y se generaran casos secundarios y también rebrotes", manifestó ayer en los cursos de La Granda el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiológica del Principado, Ismael Huerta, que rechazó, antes de leer su ponencia, hacer un análisis de los últimos datos registrados en la región. Sí destacó que hasta el momento "la situación no es especialmente llamativa" en lo que respecta a la gravedad de los diagnosticados. Aventuró a su vez que, para este agosto, mes de vacaciones por excelencia, la previsión es que el aumento de casos siga la tónica de la última semana de julio, con un brote vinculado a un viaje de estudiantes a Málaga y otros dos más ligados a establecimientos hosteleros de Oviedo y Gijón. En este sentido, Huerta hizo alusión a la reciente modificación de los horarios de los bares de copas (cierre obligatorio a las 2.00 de la madrugada): "Puede contribuir a frenar los brotes, pero no es la panacea, los contagios también se dan en otros horarios". De cara a otoño, Ismael Huerta reconoció que es "difícil" predecir qué sucederá "porque no sabemos cómo se va a comportar el virus". "Lo que tenemos muy claro es que la transmisión es de persona a persona, y que el movimiento de las personas y el contacto es lo que favorece esa transmisión. Qué pasará en otoño no lo sabemos, pero si nos centramos igual no es mucho más de lo que nos pueda pasar este verano", precisó, y reconoció que, en cualquier caso, el posible riesgo de contagio "se compensará con que habrá menos movimientos entre provincias y entre países". E hizo un inciso relacionado con los niños pequeños y la vuelta al colegio: "Se pueden infectar pero la capacidad de transmisión que tienen es mucho menor que la de los adolescentes o jóvenes, que son los que están moviendo el virus este verano".

Más aún, afirmó: "Ahora estamos viendo lo que fue la onda epidémica inicial de febrero o marzo en los jóvenes, que en aquel momento no pudimos identificar porque no había capacidad de diagnóstico". Pese a este panorama de nuevos casos, Ismael Huerta abrió una puerta al optimismo: "Estamos avanzando en tratamientos para dar respuesta a casos graves, y tenemos la esperanza de que, conociendo cómo funciona la enfermedad, se disminuya la mortalidad, aunque, por el contrario, las estancias en las ucis serán más largas". Y para dar respuesta a esos pacientes, los hospitales asturianos, subrayó, están preparados. Los sanitarios asturianos siguieron diez protocolos de actuación por el covid.19 desde el 30 de enero al 16 de julio, aún vigente.