"Temporalmente quedan restringidas todas las visitas, así como la asistencia a la Eucaristía, por seguridad para nuestros residentes", reza el cartel colocado en la puerta de acceso al hogar-residencia Beceña-González, en Cangas de Onís, que acoge en la actualidad a 115 personas de la tercera edad, de las cuales, 35, disponen de plazas concertadas con el Principado de Asturias. Se trata de una medida previsora, igual que aconteció a mediados de marzo, ante la incertidumbre de los rebrotes y muy bien acogida por la mayoría de los familiares de los residentes en ese geriátrico, pues, durante toda la pandemia por el Covid-19 no se registró ningún positivo en la institución.

La congregación de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, que cesó de su labor hace escasas fechas y las monjas fueron homenajeada en su despedida por el Ayuntamiento cangués, regía desde el 6 de diciembre de 1978, el hogar-residencia Beceña-González, de Cangas de Onís, localizado en la posesión que antaño se denominaba el Palacio de La Prida o El Palación, en el popular barrio de Cangas de Arriba. Ahora, el Patronato de la Fundación Beceña-González está inmerso en la búsqueda de otra congregación religiosa para que se haga cargo de la institución.

Se trata de uno de los mejores geriátricos de toda la comarca del Oriente del Principado de Asturas, y cumplió con creces el cometido de sus fundadores, Camila Beceña González -nacida en Cangas el 23 de marzo de 1885 y que falleció en la misma ciudad el 6 de marzo de 1981- y su esposo Ramón Gonzalo González de Soto -oriundo de Cuenco (Margolles), muerto el 1 de diciembre de 1966-. En el año 2009 el hogar-residencia de la Fundación Beceña-González fue reconocido como Centro Acreditado, otorgado por la Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Principado.