La patronal de la hostelería y el turismo de Asturias, Otea, estudia impugnar en los tribunales el decreto del Principado en el que se reduce el horario de cierre a las 02.00 de la madrugada. Según los empresarios del ramo, "en realidad es un cierre encubierto". También reclaman al Ejecutivo regional un plan especial con ayudas específicas para el sector.
Los hosteleros del ocio nocturno de Otea mantuvieron ayer una reunión por videoconferencia en la que decidieron los planteamientos que realizará la patronal el próximo lunes a la consejera de Turismo, Berta Piñán. Por la parte empresarial se prevé que asistan el presidente de la organización, José Luis Álvarez Almeida, el vicepresidente Javier Martínez, e Iván González Hortal, directivo representante del ocio nocturno en la asociación.
"El Gobierno del Principado debe darse cuenta de que la reducción de horarios que ha hecho es en realidad un cierre encubierto. Prohíbe la entrada a la 01.30 de la mañana para que se cierre a las 02.00, que es precisamente la hora a la que los clientes empiezan a llegar a los locales. Es abrir para perder más dinero, porque hay que pagar las facturas de luz, de proveedores, alquileres... y sin ingresos", explicó Álvarez Almeida.
Este "cierre encubierto" supone que muchos locales se vean abocados a no funcionar, "y que muchos previsiblemente ya no podrán volver a abrir ¿Cuándo lo harán? ¿En otoño, cuando todos los expertos y autoridades sanitarias están advirtiendo de que puede haber una segunda ola de la pandemia?", planteó el presidente de Otea. La consecuencia inmediata es que tanto los empresarios autónomos como los empleados se queden sin empleo. "En el mejor de los casos, algunos irán, o continuarán, en un expediente de regulación temporal de empleo cobrando el 30 por ciento del salario, pero otros se quedarán sin nada. Estamos hablando de centenares de personas", señalan desde Otea.
Los empresarios reclaman que el Ejecutivo regional elabore un plan especial para el ocio nocturno en Asturias, con ayudas específicas para hacer frente a las dificultades económicas que ya están padeciendo y que, prevén, serán todavía mayores en los próximos meses.
La patronal Otea mantiene contacto estrecho con otras organizaciones similares en otras comunidades autónomas y está analizando la posibilidad de impugnar el decreto de los horarios en los Juzgados, como acaba de hacer Cantabria.
Una medida similar se practicó en Cataluña, y el Tribunal Superior de Justicia de aquella comunidad decidió, como medida cautelar, levantar la obligación a bares, restaurantes, chiringuitos y casinos de cerrar como máximo a medianoche. Pero la decisión fue distinta para las discotecas y salas de baile, donde sí considera proporcional la prohibición de su apertura dada la "elevada concentración de personas que no conviven habitualmente juntas" en estos locales.
Álvarez Almeida señaló que estas iniciativas y propuestas se le plantearán a la Consejera de Turismo el próximo lunes, "con la intención de avanzar y colaborar, y tratando de evitar enfrentamientos, pero defendiendo al sector".
