Científicos e investigadores de todo el mundo se despertaron ayer con una carta publicada en la prestigiosa revista "The Lancet" en la que una veintena de investigadores y científicos españoles solicitan una auditoría independiente en España sobre la gestión de la pandemia por covid-19, tanto del Gobierno central como de las autonomías, y en la que intervengan especialistas nacionales e internacionales. Inciden en que no se trata de politizar ni de buscar culpables, sino que el objetivo es conocer las causas de la elevada mortalidad y preparar al país para futuros rebrotes y pandemias. Pero ellos mismos aportan algunas ideas de las causas, como los recortes en sanidad y salud pública y la falta de coordinación, entre otros. Según los expertos, Asturias aparece como uno de los ejemplos a seguir en inversión, tanto en sanidad como en salud.
Los firmantes del escrito parten de la premisa de que "España está entre los países más afectados" por el covid-19 pese a que "tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo y está en el puesto 15 del índice de Seguridad Sanitaria Global". Y aportan datos: "Más de 300.000 casos, 28.498 muertes confirmadas, y un exceso de alrededor de 44.000 muertes, a 4 de agosto del 2020. Más de 50.000 trabajadores de la salud han sido infectados, y casi 20.000 muertes han sido en residencias de ancianos".
Margarita del Val, viróloga e inmunóloga española, investigadora científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) e investigadora científica en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), es una de las firmantes del escrito publicado en "The Lancet". Horas antes de viajar a Asturias para "disfrutar de los Picos de Europa, que me encantan", conversó con este periódico para explicar las razones que le llevaron a suscribir la carta.
"En España se realizó un enorme esfuerzo, pero no ha habido sinergias y hubo carencias que se podían haber subsanado, o al menos reducido con una mayor coordinación", asegura la viróloga. Y pone como ejemplo que en los hospitales no se podían realizar pruebas de diagnóstico, mientras que los centros de investigación tenían capacidad para haberlo hecho. "Pero no coincidimos, no sabemos por qué, quizás fue porque no se supo encauzar esa coordinación", señala.
Se trata, añade Margarita del Val, "de aprender y prepararse para reaccionar ante la segunda ola que seguro se aproxima. Debemos reaccionar con más conocimiento, en conjunto, colaborando para luchar contra la pandemia y que la administración a la que corresponda gestionar tenga la mayor información posible. La primera ola nos pilló a todos desprevenidos, pero no puede volver a ocurrir lo mismo", argumenta. Para esta viróloga, son importantes las alianzas globales, internacionales. Y para ello es necesario que haya "consenso y transparencia", porque "es lo que da conocimiento y confianza a la sociedad, para que cada uno de nosotros colabore, haya certidumbres y no haya miedo".
Margarita del Val defendió también la creación de un centro de asesoramiento multidisciplinar integrado por científicos e investigadores en activo a los que las administraciones públicas puedan consultar. "Hay que engrasar el sistema para que haya mucho más contacto entre el mundo científico y el político para que puedan acudir de manera ágil a los mejores expertos en los distintos campos", añadió.
Miquel Porta, epidemiólogo del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y también firmante de la carta, sospecha que lo que está pasando en la actualidad tiene la misma raíz de fondo que la primera ola: "Las infraestructuras de salud pública y vigilancia epidemiológica, las que menos se ven, salieron muy debilitadas de la crisis debido a los recortes". Y añade que "no es difícil distinguir dónde se están haciendo bien las cosas, como en Asturias o Baleares, de dónde se han hecho mal, como en Aragón y Cataluña".
