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Senderistas inexpertos y sin equipación disparan los rescates de montaña

Llega a los refugios "gente en sandalias y a veces sin agua", aseguran los guardas

El equipo de rescatadores de Bomberos del Sepa, durante el operativo, ayer, en los Picos de Europa en Cangas de Onís. BOMBEROS DEL SEPA

El turismo de montaña se ha multiplicado exponencialmente este verano en el Principado. Los meses de confinamiento han derivado en una mayor afluencia de visitantes y de personas inexpertas que, para alejarse de los rebrotes de las ciudades y las multitudes en las playas, optan por las rutas y excursiones en plena naturaleza. Y los Picos de Europa son un atractivo de ámbito nacional e internacional. Las intervenciones de la Sección de Montaña de la Guardia Civil (Sereim) de Cangas de Onís, Fabero y Potes se han incrementado un 20 por ciento desde que se levantó el estado de alarma el pasado mes de mayo. Pasar una jornada en la montaña sin prepararla y corriendo riesgos por desconocimiento son las principales causas de que tengan que acudir al rescate. A veces, incluso coinciden de manera simultánea el helicóptero de la Guardia Civil y el medicalizado del Servicio de Emergencias del Principado.

Los rescates de montaña en época estival se han incrementado en los últimos años, pero este verano se ha disparado la afluencia masiva a los Picos de Europa de personas sin experiencia.

El teniente Pablo Villabrille jefe de la Sección Especial de Rescate e Intervención en Montaña (Sereim) de Cangas de Onís, explica que el incremento de "nuevos montañeros" se debe a que "coinciden muchos condicionantes favorables para atraer visitantes". Muchas personas que aprovechaban los meses estivales para viajar a otros países, se han quedado en España y han escogido Asturias por su fama de espacio natural. Además, hay buena meteorología en la región desde hace semanas (el mes de julio fue muy cálido y seco), en el Principado no hay aglomeraciones y practicar senderismo no implica una fuerte inversión.

"Son toda condiciones favorables para atraer a personas que a lo mejor practican senderismo o montañismo dos o tres días cuando nunca antes lo han hecho y que probablemente no lo vuelvan a hacer más. Pero se corren riesgos innecesarios por imprudencia y desconocimiento. No vale con coger una mochila y salir por la puerta para ir a hacer una ruta. Hay que preparar la jornada, informarse bien antes de salir y si no se dan las mejores circunstancias, quizás es mejor dejar la excursión para otro día", asegura el teniente Villabrille.

Pero no solo la Guardia Civil de Montaña y el Servicio de Emergencias del Principado confirman el incremento de excursionistas en la alta montaña asturiana. También los guardas de los refugios en los Picos de Europa y en otras zonas, como en Brañagallones, en el Parque de Redes, tienen múltiples anécdotas para contar.

José Manuel Prado, guarda del refugio de Brañagallones, afirma que este año hay "una afluencia alta en la montaña". Comparando la situación con otros veranos explica que "el perfil del público que aparece no es el habitual, son personas que no tienen relación con el medio ambiente, tienen poca preparación y formación y no traen ni la vestimenta, ni el calzado adecuado para las rutas".

Las imprudencias se multiplican en estos meses que, plagados de personas primerizas en rutas de montaña, están siendo escenario de multitud de rescates. "Ayer dos personas llegaron sin suelas en los zapatos, tuvieron que acabar marchando con cuerdas", explica el guarda.

Para Iñigo Garmilla, guarda del refugio de Urriellu, la cantidad de personas que hay este año es "exagerada". "Siempre hemos visto imprudencias, pero el perfil de gente que está viniendo es diferente. No tienen en cuenta a dónde van, no llevan agua, ni tampoco un pincho o una chocolatina y luego les pasa lo que les pasa", explica el guarda. Con él coincide Javier Malo, guarda del refugio de Vegarredonda, que indica que la gente viene "con sandalias" y sin equipación.

Eduardo Bedeus es alpinista y, por lo que ha podido observar, el principal problema que tienen muchas personas es que subestiman la situación. "Aunque las cumbres no sean tan altas como en otros sitios, los desniveles son importantes y cuando llega la gente a los refugios viene con cansancio acumulado. El otro día, una persona de Sevilla llegó al refugio de Jou de los Cabrones y apareció deshidratado y diciendo que en Sierra Nevada hay más altitud pero que es más fácil", explica el alpinista.

Elegir horarios erróneos, una mala equipación o el hecho de subestimar el trayecto son los principales enemigos de los montañeros inexpertos que, en más de una ocasión, acaban teniendo que ser rescatados.

"Este verano acceden a la montaña personas que no son montañeros", explica Juan Rionda, presidente de la Federación de Montaña de Asturias. Por otra parte, indica que, "el reducido número de contagios beneficia en cierta medida a Asturias, la gente tiene esa tranquilidad y cree estar más segura aquí; además, viendo el lado positivo, el que haya más personas, implica que se dan a conocer zonas de la montaña que antes no eran tan turísticas".

Juan Rionda recalca que "a más gente hay más contratiempos, y más todavía si estas personas no vienen preparadas. Sin embargo, muchos no son ni siquiera accidentes, la mayoría se deben a la desorientación o a no llevar el equipamiento adecuado". En su opinión, "la gente se va a la montaña buscando alejarse de los contagios y el percance les viene por otro lado".

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