La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

JAVIER ORTEGA SMITH-MOLINA | SECRETARIO GENERAL DE VOX Y DIPUTADO EN EL CONGRESO

"Este Gobierno ha sido el peor del mundo en la gestión del coronavirus, si sigue habrá miseria"

"Como tercera fuerza política vamos a defender al Rey, que merece la presunción de inocencia de los actos que pueda haber hecho su padre"

Javier Ortega Smith, bajo la lluvia, en el muelle de Castropol. IRMA COLLÍN

Es un referente de Vox. Javier Ortega Smith (Madrid, 1968), incisivo y directo, tiene su libro de estilo en modo "moción de censura". Secretario general, diputado en el Congreso y concejal en Madrid dirige sus principales dardos al Gobierno de Pedro Sánchez, a Pablo Iglesias y al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y confiesa su "irritación" por las banderas republicanas y del Orgullo Gay que pusieron en la casa de su familia, en Castropol, en la noche de San Juan.

-Usted fue uno de los primeros políticos afectados por el covid-19. ¿Cómo se encuentra?

-Me encuentro bien. Doy gracias a Dios de poderlo contar. No he tenido en ningún momento la sensación real de la gravedad, nunca me encontré fatigado ni con dolores, pero soy consciente de que he estado al límite. Estuve a punto de tener una embolia pulmonar, con cuatro trombos en los pulmones y varios en la pierna.

-¿Le quedan secuelas?

-En este momento no estoy totalmente repuesto. El 10 por ciento de los trombos del pulmón me queda todavía, no se ha disuelto y de la pierna izquierda me queda un tercio más o menos. Sigo con un tratamiento anticoagulante que durará todavía unos meses más.

-¿Cambia la perspectiva al haber estado contagiado?

-Sí, porque no hablo de oídas. Al haber padecido esta enfermedad te sientes un poco más cerca de tanta gente que has visto en el hospital y tantas personas que lo han pasado mal. La rabia por los gravísimos errores del Gobierno es todavía mayor. En mi caso, si se hubieran hecho autopsias se hubiera sabido mucho antes que una de las consecuencias del coronavirus era la inflamación de la sangre, que producía posteriormente los coágulos, los microtrombos y los trombos. Italia las hizo.

-Vox ha decidido presentar una moción de censura. ¿Está relacionada con los errores de los que habla o la hubieran presentado igual, sin pandemia?

-La falta de previsión y de medios ha sido absoluta. Hemos estado como en una guerra a pecho descubierto. Es difícil saber si la hubiéramos presentado o no, pero esta tragedia ha acentuado mucho más el carácter criminal de este Gobierno que tenemos.

-¿A qué se refiere?

-La pandemia ha puesto a este Gobierno al descubierto, ha demostrado que prefiere anteponer su hoja de ruta ideológica y su sectarismo antes que la salud, la economía y la libertad de los españoles. Por eso nos sometieron a un estado de excepción, disimulando un estado de alarma. Las medidas de restricción de derechos fundamentales no estaban justificadas.

-El confinamiento frenó el virus y alivió la presión sobre los hospitales.

-Corea del Sur, con más población y estando al lado de China, ha tenido solo trescientos fallecidos y aquí vamos por cerca de 50.000 y otros países han tenido porcentajes de contagio por habitante infinitamente menores que España. La gestión de una pandemia depende de sus autoridades sanitarias y este Gobierno ha sido el peor del mundo, con la mayor tasa de fallecidos y contagiados en la Unión Europea. No hemos superado la tragedia sanitaria y llega un rebrote para el que no estamos preparados, pero ojo a la tragedia económica y social que se avecina.

-¿Lo peor está por venir?

-Hablamos de tasas de cuatro o cinco millones de parados. La caída del PIB que viene será miseria en España durante décadas, si sigue este Gobierno. Hablamos de tasas de actividad económica para las que habría que remontarse a los años de la posguerra civil.

-En Vox fueron los primeros en pedir medidas excepcionales y luego criticaron el estado de alarma. ¿No es contradictorio?

-No. Paralizar un país fue una medida excesiva. Ahora al ver el resultado, nos encontramos con las mayores tasas de mortandad y contagios y de caída económica. ¿Conclusión? Esas medidas han sido un auténtico fracaso y se adoptaron tarde porque este Gobierno, pese a tener información, quería llegar a toda costa al 8M y tener sus manifestaciones ideológicas. La hoja de ruta del actual Gobierno es convertir a España en un régimen comunista al estilo de Venezuela.

-Ustedes siguieron adelante con su acto de Vistalegre.

-Sí, pero hubiéramos sido los primeros en suspenderlo de haber tenido esa información. El Gobierno disponía de información que no publicó y por eso nuestro cabreo. Se nos ha acusado hipócritamente de organizar Vistalegre, pero nadie nos dijo que podía ser un riesgo.

-Habla de la gestión en otros países. ¿La de Donald Trump en Estados Unidos es mejor?

-Aquí he visto médicos cubriéndose con bolsas de basura, como si estuviéramos en un país africano del Tercer Mundo, en condiciones de preguerra. No digo que no hicieran falta confinamientos, pero deberían haber sido selectivos. No conozco la cifra exacta de población afectada, pero el impacto económico es tres veces mayor en España. Se critica a Estados Unidos por no tomar medidas muy drásticas en los primeros momentos, pero hablamos de un país de más de 300 millones de habitantes y con mucho más flujo de relaciones con China.

-El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha acusado a Vox y al PP de convertir la política en un estercolero por difundir como actual una foto de Pedro Sánchez, riéndose en Tenerife, de hace dos años. ¿Vale todo en política?

-No, claro que en política no vale todo. Nuestro presidente afeó en el Congreso las bromitas y las risitas del presidente Sánchez y el vicepresidente Iglesias cuando se estaba hablando, por ejemplo, de los muertos en las residencias o de los cientos de miles de parados. Por eso presentamos una moción de censura, en la que Vox no quiere ningún protagonismo. Nos da igual si proponen un candidato, venga del sector político que venga, con tal de que ofrezca unas elecciones de las que salga un Gobierno dedicado a sacar a España de esta tragedia económica, social, sanitaria y política.

-¿La incertidumbre de unas elecciones es la mejor respuesta para afrontar el escenario que hay por delante?

-Unas elecciones generan inestabilidad e inseguridad y también un gasto, pero cuando lo que tienes enfrente es un Gobierno absolutamente caótico, al que se le derrumba la economía, no puedes quedarte de brazos cruzados. Este Gobierno puede ser legal, pero es ilegítimo porque engañó a los electores diciendo que jamás pactaría con los que quieren romper España, ni con los proetarras o con las cartillas de racionamiento de los comunistas de Podemos. Las elecciones son un mínimo mal ante lo mucho que nos jugamos: la unidad de España, la libertad y la economía de muchas décadas. La realidad es triste, pero en Vox queremos trasladar un mensaje de esperanza porque cuando los españoles hemos estado unidos, codo con codo, España siempre ha vencido.

-¿Qué la parece la marcha del Rey emérito, Juan Carlos I?

-Ha tomado una decisión para la que tiene todo el derecho. No infringe ninguna norma, no tiene orden judicial que le restrinja su libertad de movimientos y no se ha fugado. No entramos en la labor de los jueces, a los que respetamos. Pero algunos miembros del Gobierno están utilizando esta situación como excusa para atacar a Felipe VI, a la Corona y a la unidad de España, y eso no lo vamos a permitir. Vox, como tercera fuerza política, va a defender al Rey, que merece la presunción de inocencia de los actos que pueda haber hecho su padre.

-¿Esta crisis aviva el debate Monarquía-República?

-Este falso debate lo quieren crear y activar algunos miembros del Gobierno, como Pablo Iglesias, y también algún dirigente del PSOE, para cuestionar la monarquía parlamentaria.

-¿No entrar en el Parlamento gallego ha sido un fracaso?

-Estamos muy satisfechos de los resultados en Galicia y el País Vasco. Hemos hecho campaña con un ataque brutal en todos nuestros mítines. Somos los únicos que nos enfrentamos a la ideología de la extrema izquierda porque ni siquiera lo hace Alberto Núñez Feijóo, que, al final, sigue las mismas políticas pues aplica el mismo rodillo de imposición totalitaria lingüística y hace homenajes a un antiespañol separatista como Castelao, aunque se camufla como si fuera un partido de derecha. Y la voz de nuestra única diputada en el País Vasco se va a oír muy fuerte.

-¿Por qué apoya Vox la creación de un nuevo sindicato?

-España está huérfana de un sindicato que represente a los trabajadores y no sea correa de transmisión ideológica. Vox da el primer empujón, como si de la botadura de un barco se tratase, pero luego corta amarras. Queremos un sindicato independiente que se niegue a recibir subvenciones, para que sea libre y no como UGT y CC OO y no deje vendidos a los trabajadores. Es muy importante desterrar la corrupción de los sindicatos, esos sindicatos de mariscada, yate y secretarios millonarios.

-¿Qué le parecieron las banderas que colocaron en las casas de su familia en Castropol?

-No es ninguna broma, es un delito. Por eso lo denunciamos y lo está investigando la Guardia Civil. En segundo lugar, es un señalamiento claro a dirigentes de Vox. Empiezas por ahí y luego llegan las amenazas y las agresiones.

-¿Le molestó?

-Me parece absolutamente lamentable y me causa irritación porque afecta a gente de nuestra familia que no tiene nada que ver con la política. ¿Si eso que llamaron trastada lo hacen en casa de Pablo Iglesias, sería una broma o reforzarían con veinte agentes más de la Guardia Civil? Hay que saber separar la vida privada y respetar. Nunca defenderemos ninguna acción que se haga en los domicilios de otros políticos. Entendemos la crítica política, pero otra cosa muy distinta es el acoso, el escrache. Por una cacerolita en la casa de Iglesias movilizan a diecisiete agentes de la Guardia Civil y de la Policía. ¡Qué fina tienen la piel algunos cuando les tocan su casa!

Compartir el artículo

stats