El paso hacia la vuelta al cole lo marca la pandemia. El Gobierno del Principado asume que debe "reevaluar" todos sus protocolos educativos con esa premisa, al ritmo incierto que marquen los contagios y sin certezas. El vicepresidente del Ejecutivo regional, Juan Cofiño, hizo ayer un llamamiento doble de paciencia y comprensión, de sosiego e indulgencia, a la comunidad educativa, que afronta visiblemente inquieta una cuenta atrás de menos de tres semanas hacia la primera fecha de retorno a las aulas marcada por la Consejería de Educación. En esa línea de adaptación a la pandemia, el Vicepresidente admite a continuación posibles innovaciones en sus previsiones para el inicio del curso, sobre todo respecto a las pruebas PCR a que ahora serán sometidos todos los profesores o al requerimiento de la mascarilla como accesorio obligatorio para los alumnos a partir de los seis años y también dentro de las aulas, eso sin descartar otros cambios en casi todas las direcciones.

Había quedado dicho que desde que se diseñó el protocolo "la situación epidemiológica ha cambiado a peor" y que la apuesta inicial por un modelo de docencia íntegramente presencial va a ser revisada. Ayer, ya sin poder asegurar la asistencia plena de alumnos a clase desde el primer día, Cofiño se reafirmó en que las autoridades sanitarias y educativas valorarán a partir de ahora si el nuevo escenario de la pandemia aconseja activar una modalidad mixta con clases telemáticas. Hasta tal punto se ha puesto en cuarentena el protocolo que, llegado el caso, podrían reconsiderarse incluso las fechas de inicio que han sido fijadas para el 10 de septiembre en Infantil, Primaria y Educación Especial, el 14 en Secundaria y Bachillerato y el 18 en Formación Profesional, idiomas, adultos y otras enseñanzas.

En este escenario incierto y abierto, de camino hacia "un curso muy excepcional y lleno de incertidumbres", la realización de test masivos al profesorado "nos parece una petición razonable a la luz de los datos de estos días", avanza Cofiño. Se incorporarían así a la norma anunciada al menos en Galicia y reclamada en Asturias por las familias, pero de entrada, a día de ayer, se excluye de esta previsión a los alumnos. La idea de hacer pruebas PCR a todos los docentes antes del inicio del curso incluye posibles cribados periódicos cada cierto tiempo, tal vez tres o cuatro meses.

El uso de la mascarilla, cuya obligatoriedad se descartaba hasta ahora dentro del aula para "grupos estables de alumnos entre Primero y Cuarto de Primaria", empezará a ser exigible de modo más estricto. También en coincidencia con lo recién anunciado en Galicia, Cofiño invoca la conveniencia de trasladar al ámbito educativo la norma que requiere la protección respiratoria con carácter general para todas las personas mayores de seis años. Invita a considerar que el plan de contingencia para el inicio del curso fue diseñado en julio, bajo una situación epidemiológica mucho más leve que la actual, pero que sus escenarios ya nacieron "revisables", y se prepara para tener que replantear, llegado el caso, todos sus preceptos. Todos. Incluido el grado de presencialidad y hasta, llegado el caso, el calendario de inicio. Hasta ahí llega la incertidumbre y la convicción de que "los próximos quince días", con el fin de la temporada estival y la previsible retirada del aluvión de visitantes, "van a ser decisivos". También las directrices que aporte el Ministerio en la reunión con las autonomías programada para el próximo jueves.

El Vicepresidente invita a la comunidad educativa a entender mientras tanto que trabajan en situación extremadamente complicada y que "no es posible saber ya cómo va a ser el curso escolar". "No hay imprevisión ni falta de trabajo, sino todo lo contrario", afirma. Añade que se afanan "con intensidad" también "en los planes de la enseñanza telemática" y promete que "habrá soluciones razonables y razonadas".

Para todos. A la incertidumbre de la enseñanza concertada, que aún urge la publicación del protocolo específico para su red -porque el divulgado afecta sólo a la pública- replica Cofiño que también ellos tendrán sus directrices una vez que haya sido hecho el análisis de evolución de la pandemia. Y que para ajustar ese examen, repite, "las próximas dos semanas van a ser vitales".