La población de oso pardo cantábrico se está recuperando. Y con ello se comienzan a dar situaciones que los asturianos ya tenían olvidadas tras décadas con una población osera muy mermada. Es previsible que los encuentros entre plantígrados y humanos crezcan, como ya está pasando. Al igual que se repitan incidentes en la carretera, como el provocado por "Santiaguín", el ejemplar de 150 kilos que saltó a la calzada y acabó tendido tras ser arrollado por un coche en Somiedo la noche del pasado sábado. ¿Y qué hay que hacer en estas circunstancias que se pueden volver más frecuentes? ¿Cómo actuar si, fruto del infortunio, se atropella a un oso o alguien se encuentra con un ejemplar malherido? Un resumen como avance: nada de huir despavoridos, pero tampoco acercarse a grabar al animal.
Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo, confirma que "cada vez habrá más accidentes" en los que se vean involucrados plantígrados. "Nosotros tratamos de ir por delante en esta materia, sabemos lo que se ha hecho en otros lugares y tratamos de poner en práctica las cosas que funcionan", aclara. El presidente de la fundación indica que existe una serie de recomendaciones a seguir si alguna persona se ve en estas circunstancias, todas ellas recogidas en el protocolo de intervención con osos, que es común para la cordillera Cantábrica y los Pirineos. "Este es un reglamento que se ha desarrollado junto con la Fundación Oso de Asturias (FOA). Cada país tiene el suyo. España uno, otro Francia...", cuenta Palomero.
"Lo principal que pedimos a la ciudadanía es que tenga sentido común. Si te encuentras en estas circunstancias, lo primero es no salir corriendo y después se debe avisar a los servicios de emergencias", explica el experto. Los osos "no son agresivos", aclara antes de añadir un matiz: "Pero si se ven amenazados pueden responder de forma peligrosa, es por ello que la persona no debe salir del coche. Aunque se piense que el oso esté débil o en shock, este puede atacar si considera que existe una amenaza. No se les debe subestimar nunca".
Respecto al incidente en Somiedo explica que "no quiero decir que quienes iban en el vehículo fueran imprudentes; sin embargo, salir del coche a la carretera a grabarle no es lo más precavido del mundo. Esto sirve de ejemplo para el resto de lo que no se debe hacer".
Por su parte, Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS), explica que el comportamiento que se debe tener con un oso debe ser distinto al visto en Somiedo. "El oso tenía auténtico miedo y obligarlo a marcharse ha impedido que se le pueda atender. Si, por ejemplo, el oso fuera una hembra y estuviera embarazada y se la hiciera huir, puede que acabara abortando. Eso nadie se lo haría nunca a un ser humano", argumenta. Por otra parte, explica el reciente problema que existe a raíz de los móviles: "Al tener teléfono, mucha gente siente la tentación de grabarlos, pero de esta forma se les acosa y puede provocar que se pongan violentos".
Hartasánchez defiende que "más que protocolo es sentido común". Y agrega: "Cada animal tiene sus propias características y circunstancias y hay ciertas especies que si se las provoca pueden ser peligrosas". Además, indica que, con el aumento de osos que está habiendo, los accidentes se harán más frecuentes y la gente suele tener "muy poca sensibilidad".
La información es clave para saber cómo actuar en estas circunstancias. Guillermo Palomero señala que desde su fundación se está intentando concienciar a la población: "Lo hacemos ofreciendo las recomendaciones y el protocolo a través de la prensa, con anuncios en establecimientos hosteleros y en asociaciones de montaña". A lo que añade que "informar de las pautas a seguir en estas situaciones es algo fundamental".
