La de ayer fue una jornada sorprendente, con una caída de temperatura de diez grados en lugares como Oviedo. Felechosa, en Aller, encabezó los registros de precipitaciones del país, con 102 litros por metro cuadrado, una cifra que supone un récord de lluvia en agosto en Asturias. Otras localidades asturianas también registraron precipitaciones importantes, como Cabrales, donde cayeron 55,8 litros por metro cuadrado; Camuño, en Salas, con 47,8; Bargaéu, en Piloña, con 46; Amieva, con 41,8; y Oviedo, con 41,2.

El motivo de este empeoramiento del tiempo hay que buscarlo, según Ángel Jesús Gómez Peláez, delegado de Aemet en Asturias, "en la llegada de aire frío de altas latitudes, Islandia aproximadamente, que ya se inició el viernes y va a continuar durante todo el fin de semana".

Esta llegada de aire frío se debe "a la presencia de un anticiclón elongado en dirección norte-sur sobre el Atlántico y una borrasca al este del Reino Unido. Entre ambas se genera un largo pasillo orientado en dirección norte-sur por el que nos está llegando el aire frío", explica Gómez Peláez.

Además, "en niveles medios y altos de la atmósfera también llega aire frío y una vaguada (ondulación hacia el sur de la corriente en chorro que hay en dichos niveles de la atmósfera) favorece la inestabilidad atmosférica y la lluvia".

El aire frío procedente del norte del globo que viene junto a la superficie aumenta su temperatura ligeramente y se carga de humedad en su trayecto sobre el océano. Al llegar a la cornisa cantábrica, explica el delegado de Aemet, se inestabiliza y genera chubascos al entrar en contacto con un suelo relativamente caliente y ascender forzado por el relieve.

Lo que llamó la atención de las precipitaciones de ayer fue la intermitencia de las trombas de agua, y que no afectase del mismo modo a zonas relativamente cercanas. Eso y la caída de temperaturas en el interior de la región. Oviedo, que el jueves registró máximas de casi 27 grados y el viernes bajó 21, no subió de 16 ayer sábado. Pajares, que el jueves registró 21 grados, cayó el viernes a 14, pero ayer no subió de 6. En la costa, la bajada de temperaturas no fue tan apreciable: Gijón, Avilés, Llanes, Colunga..., tuvieron máximas de 19 grados y unas precipitaciones mucho menos copiosas. Tras este paréntesis tan anómalo, el lunes se recuperará la normalidad.