Consciente de que toma decisiones a veces "impopulares", el presidente del Principado, Adrián Barbón, puso ayer especial empeño en dar la vuelta a la formulación de algunas interpretaciones sobre las respuestas que da su Gobierno al avance de la pandemia. "No es cierto que tomemos decisiones demasiado drásticas cuando tenemos mejor situación epidemiológica que el resto del país", corrige Adrián Barbón, "sino que precisamente porque hemos adoptado estas medidas contundentes estamos mejor que otras partes de España".

Durante una visita a la carpa informativa del Plan de Movilidad de Laviana, el jefe del Ejecutivo autonómico hablaba sobre todo de los movimientos de la semana, del retraso en el inicio del curso escolar y de la declaración de "alerta naranja" para cinco municipios del Oriente . Negó ser demasiado estricto con la conciencia de que lo que le dirige "no es miedo, es precaución", y volvió a justificar la alerta como "una llamada de atención" para un área sanitaria que duplica la tasa de incidencia del conjunto de Asturias -la más baja de España- y para cinco concejos que "han tenido brotes o casos relacionados con ellos o son municipios con una masificación turística importante". Desde esta perspectiva, este aviso de color naranja -que no comporta de entrada restricciones adicionales a las ya vigentes- es la única manera de coordinar los esfuerzos de las tres administraciones con competencias sobre las fuerzas de seguridad, ayuntamientos, Principado y Delegación del Gobierno, y de "controlar la situación para no tener que confinar a esos concejos dentro de quince días".

Barbón volvió a justificar ayer la alerta como "una llamada de atención" necesaria y respondió a la indignación de los hosteleros de la zona que entiende y asume las críticas, pero no cree que la medida haya "asustado" a la población y a los visitantes. "Ha sido un toque de atención que ha permitido coordinar mejor los esfuerzos de las tres administraciones y suspender actividades que en esos concejos pueden suponer un riesgo. Lo que busco cada día y lo que pido al Gobierno es que haga todo lo posible para no tener que volver a confinarnos", subrayó.

Repitió varias veces que decide asumiendo el riesgo de la crítica, que "gobernar es decidir" y su obligación, "anteponerse a los escenarios cambiantes de una crisis para la que no hay manual". "Ningún asturiano querría que su Gobierno trabajara para contentar a todo el mundo", concluyó Barbón, "sino que tome decisiones y actúe. Incluso cuando se equivoca".