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Las guarderías, la avanzadilla

Los centros privados llevan dos meses funcionando con los protocolos que ahora se aplicarán a las escuelas infantiles municipales

Las guarderías, la avanzadilla Juan Plaza

La distancia, el lavado frecuente de manos y los grupos estables de niños, con jornadas continuas para evitar riesgos y exposiciones innecesarias, son el pan nuestro de cada día en las guarderías privadas que llevan funcionando desde que se levantó el estado de alarma y se les permitió retomar la actividad, el pasado 25 de mayo. Con el retorno a los colegios a la vuelta de la esquina, estos centros ya tienen más que asumidas las reglas para que todo funcione de manera correcta con los más pequeños y con las máximas garantías. Lo saben bien en la escuela infantil Primeros Pasos de Gijón, privada y homologada por la Consejería de Educación. "Llevamos funcionando desde el pasado día 1 de junio, y siempre hemos tenido muchos niños", explica Nazareth Cañizares, la directora pedagógica del centro.

En las escuelas municipales la vuelta al cole de los bebés entre 0 y 3 años se retoma con la llegada de septiembre, pero "aquí ya tenemos nuestros planes elaborados por el equipo de prevención de riesgos desde hace dos meses", con medidas prácticamente idénticas a las que se adoptarán en todos los centros públicos. "Tenemos grupos burbuja que no mantienen el contacto entre sí, y que nunca superan los 20 niños. Además, nos quitamos los zapatos al entrar, lavamos mucho las manos y les tomamos la temperatura al entrar y durante el día a modo de control", enumera Cañizares. En caso de una sospecha de positivo por covid (más de 37,5 de fiebre u otros síntomas compatibles) el niño "se aísla y se llama a los padres para que vengan a recogerlo".

Hasta ahora han funcionado con un requisito previo: "Solo hemos atendido a los niños cuyos padres tenían que trabajar, esa ha sido la premisa con la desescalada y la vuelta a la nueva normalidad". Todos los padres, además, han firmado una declaración responsable con la que se comprometen a seguir las normas. Ayer, primero de septiembre, el trasiego de niños ya era mayor porque muchas familias han agotado vacaciones. Estos centros privados son en la práctica el espejo en que mirarse para las escuelas infantiles públicas, que estos días están recibiendo los protocolos de actuación del Principado. En ellos se contemplan las entradas y salidas escalonadas, la recomendación del lavado diario de la ropa de los niños, el lavado constante de manos del personal de las escuelas, eliminar los juguetes individuales o el aislamiento de los menores que pudieran estar enfermos. Una batería de medidas que en muchos centros tienen bien ensayada.

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