El récord no es deseable, pero tampoco desdeñable. Y el paso es positivo, aunque la historia aún no haya terminado. En medio de una salva de aplausos del personal sanitario, ayer abandonó la unidad de cuidados intensivos (UCI) del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) un paciente ovetense que llevaba 155 días ingresado con coronavirus.

Se trata de una de las estancias más largas de todo el país en un área de enfermos críticos a lo largo de la pandemia. Con esta alta, la unidad de intensivos del hospital ovetense cierra por la primera oleada del proceso pandémico de covid-19, que comenzó el pasado 29 de febrero con el ingreso del escritor asturchileno Luis Sepúlveda, fallecido el 16 de abril. En el momento actual, en la unidad de intensivos del complejo sanitario están ingresados tres pacientes con coronavirus, pero todos corresponden a la segunda oleada, actualmente en curso.

El enfermo -que no ha querido que trasciendan sus datos personales- fue llevado a planta, donde proseguirá su recuperación. Había ingresado en el HUCA a finales del pasado mes de marzo, y al agravarse su situación fue trasladado a la UCI el 1 de abril. En varias ocasiones se temió por su vida. Se estimaba que el peso de la enfermedad, de las secuelas y de tantos días en la unidad de críticos podían pasarle una factura muy severa. Sin embargo, los profesionales sanitarios han logrado sacarlo adelante. Ayer, la satisfacción en el hospital era patente y a la vez contenida.

En los últimos días se había especulado con la posibilidad de que la estancia en la UCI de este paciente se convirtiese en la más larga del país. Sin embargo, no ha siso así por poco. Recientemente, un enfermo de 64 años del Hospital Son Espases, de Palma de Mallorca, fue dado de alta en el área de críticos tras permanecer en ella 159 días. Anteriormente, en el Hospital La Salud, de Valencia, fue trasladado a planta un paciente que llevaba 145 días en cuidados intensivos.