Ana González, alcaldesa de Gijón, fue ayer muy crítica con el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz: "Creo que estar encerrado en el palacio arzobispal le impidió conocer las medidas de carácter estatal" y que "el desconocimiento le llevó a hacer esa homilía", con ataques al Gobierno español. En cuanto a la asistencia del presidente del Principado, Adrián Barbón, a ese tipo de liturgias apuntó que es "un hombre muy preparado, competente y con criterio propio. Sabe lo que tiene que hacer para representar a la autonomía en distintos espacios. Tiene una posición, y la respeto, pero yo tengo una posición diferente", añadió.

El portavoz de Podemos, Daniel Ripa, calificó de "absolutamente improcedente que el Día de Asturias se celebre con un acto religioso, así como la presencia en él de lo dirigentes autonómicos, dando así "altavoz a los ataques" del Arzobispo "a las políticas progresistas del Gobierno". Ripa abogó por un acto laico y criticó las "salidas de tono del Arzobispo". En su opinión, Sanz Montes intenta "vender ideología reaccionaria contra los que menos tienen", un mensaje que en su opinión "no encaja con una sociedad tolerante y con los valores cristianos".

Ángela Vallina, portavoz de IU, lamentó que el Arzobispo utilice "el púlpito para hacer política" e insistió en la necesidad de una "separación real entre Iglesia y Estado", que "también tiene que traducirse en garantizar que este tipo de actos sean civiles" y sin ningún "protagonismo religioso".