Asturias abrió ayer el curso académico "más difícil de nuestras vidas", en palabras del presidente del Principado, que invitó a la Universidad de Oviedo a "liderar la transformación industrial" de la región. "Necesitamos su implicación a fondo", afirmó Adrián Barbón. Precisamente el Rector, Santiago García Granda, reclamó lo mismo en el acto de inauguración del nuevo año lectivo: "Queremos tener mayor protagonismo en la toma de decisiones" sobre la recuperación de la actividad económica y la transición ecológica. La institución académica afrontará desde hoy la vuelta a las aulas de más de 21.000 alumnos, combinando clases presenciales y online, y exprimiendo al máximo sus espacios físicos.

Incluso se darán clases en la Laboral Centro de Arte de Gijón, en el palacio de Valdecarzana de Avilés y, en el inmueble que Caja Rural tiene cerca del Tartiere, en Oviedo, y que servirá para paliar los problemas de espacio existentes en el campus de Llamaquique. Además, para "actos puntuales", según avanzó el Rector, "tenemos el compromiso del Ayuntamiento de Oviedo de utilizar el Auditorio y el Palacio de Congresos (el Calatrava)". Solo el covid ha generado a la Universidad unos gastos extras de 2,6 millones de euros.

La apertura del nuevo curso tuvo lugar, como cada año, en la biblioteca del Edificio Histórico con dos importantes novedades. Por un lado, el uso obligatorio de la mascarilla, que el profesorado llevó del mismo color que sus togas -representan las distintas áreas del conocimiento-. Y por otro, las limitaciones de aforo: solo pudieron asistir unas cuarenta personas. La lección inaugural corrió a cargo del catedrático de Ingeniería Química Mario Díaz y, por primera vez, el coro y la orquesta de la Universidad ofrecieron una actuación conjunta en honor a las víctimas del covid.

El presidente del Principado, que estuvo arropado por miembros de su Gobierno como el consejero de Ciencia, Borja Sánchez, aseguró que, pese a ser "el curso académico más difícil de nuestras vidas", "estoy seguro de que no nos dejaremos vencer por la incertidumbre". Adrián Barbón bromeó con que quiso asistir al acto para "vigilar que se cumpliesen las medidas" anticovid y aclaró, "para evitar interpretaciones maléficas", que llevó mascarilla roja porque ese es el color que representa a la familia de las ciencias jurídicas. El jefe del Ejecutivo autonómico insistió en que "estamos obligados a contar con la Universidad para afianzar el futuro de Asturias" y profundizó en los tres desafíos que tiene por delante la institución.

El primero, "participar en la competición del talento". "Hay una competición global del talento en la que el Principado tiene que participar sí o sí", aclaró. El segundo reto consiste en "favorecer el desarrollo económico". "No podemos concebir la Universidad como un lugar de tránsito para la juventud ni como un rito de paso para su formación", dijo para reconocer, a continuación, que "la transferencia del conocimiento es una de las asignaturas pendientes en España y en Asturias". Para que dejen de serlo, la institución académica "tiene dos vías -añadió-: facilitar la creación de nuevas actividades, y proporcionar el conocimiento que la industria y los demás sectores demandan". El tercer y último desafío es "liderar la transformación industrial de Asturias".

Justamente, el Rector se refirió minutos antes a esa transición ecológica, mostrando su "preocupación" por "el papel que el Gobierno reserva a la Universidad" en este campo. "Estamos trabajando para ser una institución relevante en la estrategia de cambio y un motor de captación de fondos europeos a través de consorcios bajo iniciativa empresarial y gubernamental. El Consejero y el Presidente conocen nuestra aspiración de tener mayor protagonismo", abundó Granda.

El máximo representante de la Universidad asturiana defendió que "no había razones para aplazar" el inicio del curso académico, a diferencia de lo que decidió Educación para colegios e institutos de la pública y la concertada. "Iniciamos un curso normal, con un grado de presencialidad muy alto y un comienzo irregular", dijo refiriéndose al modelo híbrido -clases presenciales y telemáticas- que aplicarán algunas facultades y escuelas.

García Granda defendió "la descentralización y autonomía" de los centros universitarios a la hora de planificar el nuevo curso -cada uno ha elaborado un plan de contingencia basándose en unas instrucciones generales del Rectorado- y puso en valor "la solidaridad y colaboración entre centros para compartir recursos e instalaciones", permitiendo así "aprovechar todos los recursos de espacio disponibles". "Es una pena que no podamos disponer de espacios como el Auditorio y el Palacio de Congresos, pero sabemos que el Ayuntamiento de Oviedo hizo todo lo posible", señaló. Por último, el Rector reclamó 6 millones de euros para Asturias dentro de los 400 millones con los que el Gobierno compensará los gastos extraordinarios de las universidades.

Pese a las restricciones de aforo, al acto de ayer acudieron numerosas personalidades. Entre ellos, la delegada del Gobierno, Delia Losa; el presidente de la Junta, Marcelino Marcos Líndez; la jefa superior de la Policía, Luisa María Benvenuty; Julio Postigo en representación de la Guardia Civil; el presidente del TSJA, Jesús Chamorro; el delegado de Defensa, Juan Luis González; la presidenta del Consejo Consultivo, Begoña Sesma; el síndico Roberto Fernández; el comandante naval de Gijón, Carlos Orueta; y alcaldes como el de Oviedo, Alfredo Canteli, y la de Avilés, Mariví Monteserín.