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JOSÉ MANUEL PÉREZ FERNÁNDEZ | JURISTA, PARTIDARIO DE CELEBRAR EL 25 DE MAYO

"El 25 de mayo fue el último momento de gloria de la Ilustración asturiana"

"El aniversario del levantamiento contra los franceses merece un acto institucional"

José Manuel Pérez. Irma Collín

El profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo -y, desde hace cuatro años, letrado del Tribunal Constitucional- José Manuel Pérez Fernández suscitó debate hace unos días al abrir un hilo en sus redes sociales en defensa de rememorar la fecha del 25 de mayo, en el que llegó a participar el presidente regional, Adrián Barbón. Para Pérez, celebrar el 25 de mayo, la fecha del levantamiento de Asturias contra el invasor francés en 1808, sin que tenga que ser necesariamente festivo, no es incompatible con el 8 de septiembre. "Tiene trascendencia histórica, qué menos que un acto institucional. Fue el último momento de gloria de la Ilustración asturiana", asegura.

- Usted cree que la celebración del 25 de mayo no chocaría con el 8 de septiembre.

-Para nada. Tengo la suerte de que ser de una comunidad que tiene varias fechas de referencia. Es totalmente compatible. No sé qué intención tiene el Gobierno, pero es un tema que viene de lejos, desde la Transición. Y se barajaron varias posibilidades: una, el 8 de septiembre, por la tradición de la Santina y por el mito fundacional (del Reino de Asturias), y otra, el 25 de mayo.

- ¿Qué significa esta fecha?

-Después de los acontecimientos del 2 y el 3 de mayo de 1808 en Madrid, empiezan a llegar las noticias a Asturias, también los rumores de la desaparición del Rey a manos de los franceses. Los primeros problemas comienzan en Gijón, donde, delante del Consulado francés, se arrojan unos pasquines. Luego llega el eco de estos sucesos a Oviedo, y el día 9 se amotinan. Ese día por la tarde se reúne la Junta (que no tenía el papel de Parlamento democrático de la actualidad), tratan de calmar a la población y empiezan a adoptar una serie de medidas. De aquella, el procurador general era Jove, y para el siguiente trienio iba a ser Flórez Estrada. Esto llega también a la Audiencia y al regente, representante del poder central, lo que vendría a ser como una especie de gobernador civil. El día 13, se reúne con la Junta y esta pliega, acceden a cumplir las órdenes de Madrid.

- Sin embargo, hay un grupo que no lo acepta.

-Se reúnen en la noche del 24 al 25 de mayo y crean la Junta Suprema, con el claro objetivo de defender al Principado, "viendo al Rey cautivo". En absoluto hay un objetivo independentista, como algunos han querido ver. Ante esa situación, la Junta asume los poderes soberanos en nombre del Rey, hasta que este sea restituido. Por lo general juraban ante el Rey, pero al no estar este presente, se produce el debate: ¿En nombre de quién actuamos? Y juran en nombre del pueblo, la soberanía reside en el pueblo.

- Y esa es la gran novedad...

-Lo más novedoso es esa afirmación, con limitaciones, porque hubo muchas discusiones: la soberanía reside en el pueblo, pero la ejerce otro en su nombre, el Rey. Otros decían que transitoriamente. Pero, en lo que coincidieron todos, es que, ante un ataque de un Ejército de ocupación, el pueblo tiene derecho a defenderse. Por lo tanto, decidieron organizar de una forma racional la defensa de la soberanía que reside en el pueblo. Es un movimiento propio de la Ilustración liberal.

- ¿Fue la primera de España?

-Juntas se constituyeron en todas partes. Mandaron embajadores al Reino Unido e intentaron ponerse en contacto con otras juntas de resistencia. El 28 de mayo, la Junta Suprema convoca a la Junta General, que ratifica sus acuerdos. Querían estar dentro de la legalidad. En esa segunda fase ya será procurador general Flórez Estrada. Es un momento que tiene su simbolismo: un órgano tradicional de Asturias, ante la indefensión y la amenaza de un Ejército extranjero, asume los poderes y crea un Ejército de unos 30.000 hombres de entre 16 y los 40 años.

- Dice que, cuando se creó la comunidad autónoma, sí se planteó la posibilidad del 25 de mayo como fiesta...

-Al calor del debate de la Diada o el Aberri Eguna, el Consejo Regional preautonómico planteó la cuestión. El 25 de mayo tenía que ver con la Asturias moderna, en mi opinión el último momento de gloria de la Ilustración asturiana, en que aportamos nombres tan importantes como Flórez Estrada, Argüelles o Jovellanos. Y luego estaba la faceta religiosa con Covadonga y el mito fundacional de la Monarquía asturiana y su continuidad en la Reconquista. Yo creo que la fiesta del 8 de septiembre no se puede quitar, generaría problemas, porque la gente la tiene muy arraigada. Fue al final el Partido Comunista, con la UCD, el que sacó el 8 de septiembre. El Conceyu Bable propuso el 25 de mayo, pero los comunistas lo rechazaron porque se mezclaba la cuestión de la lengua. Al 8 de septiembre se opuso Alianza Popular, porque temían que se desdibujase el aspecto religioso. Ahora estamos al revés.

- ¿Un acto en la Junta?

-El 25 de mayo tiene trascendencia histórica, tiene sentido convertir esta fecha en un día de reconocimiento y reflexión de Asturias como entidad o comunidad política, social y cultural. Un acto institucional debería haberlo. Se trataría de recordar un hecho importante en la historia. No tiene por qué ser festivo. Aunque de Covadonga puede haber dudas, pero el 25 de mayo está perfectamente documentado.

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