Hace ahora justamente un año que se produjeron unos devastadores ataques contra instalaciones petroleras de Arabia Saudita que tuvieron como denominador común y elemento novedoso frente a anteriores casos de sabotaje el empleo de drones armados. El uso de drones ha crecido significativamente en los últimos años y la utilización de estos aparatos para perpetrar atentados terroristas es una realidad que, desgraciadamente, ya se ha constatado en diferentes puntos del mundo, tal y como ayer refirió en el aeropuerto de Asturias Manuel Izquierdo, jefe de proyectos de la Secretaria de Estado de Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior.

Precisamente para adelantarse a esos y otros escenarios indeseables, el Gobierno de España ha encargado el desarrollo de una herramienta que permita prevenir o intervenir ante cualquier circunstancia que amenace la seguridad pública. Ese proyecto, bautizado como Sistemas Contra UAV (del inglés Unmanned Aerial Vehicle), consiste básicamente en poner en servicio, comenzando por varios aeropuertos españoles, una unidad policial experta en el manejo de drones y cuyo objetivo será blindar espacios sensibles para evitar que accidental o intencionadamente, otros vehículos aéreos no tripulados causen daño a las cosas o las personas.

Como primer paso para la puesta en marcha de esa unidad, la Secretaria de Estado de Seguridad requirió ideas, proyectos y presupuestos a cincuenta empresas del sector de la aeronáutica no tripulada. De esas cincuenta proposiciones quedaron dieciséis tras una criba técnica, y desde ayer esos finalistas se hallan en Asturias para hacer demostraciones de la eficacia de los sistemas que plantean.

El lugar elegido para esta especie de casting ha sido el aeropuerto de Asturias por ser uno de los más representativos de España de los de su tamaño y, además, disponer de sofisticados equipo electrónicos como los que existen en los diez mayores aeródromos españoles, que son los que a priori entrarían a formar parte de la primera selección de objetivos a vigilar con tecnologías basadas en el uso de drones. "En un principio haremos el despliegue en aeropuertos, pero en el futuro la vigilancia con drones se podría extender a puertos, penitenciarias, estaciones, industrias o cualquier otra instalación de interés estratégico", detalló Izquierdo.

La futura unidad "aerodrónica" del Ministerio del Interior dispondría, obviamente, de drones, quizás modelos como los que desde ayer y hasta el viernes se exhiben en el aeropuerto asturiano. Pero tanto o más importante que contar con aparatos de intercepción de drones hostiles es tener tecnología para detectar a esos intrusos indeseados de, por ejemplo, el espacio aéreo restringido de una aeropuerto para evitar colisiones entre aeronaves. En este sentido, las empresas participantes en el casting muestran sistemas que, a modo de radares, avisan de la presencia de drones sobrevolando espacios prohibidos.

"El primer paso es detectar; el segundo, vigilar; y el tercero, en caso de confirmarse una amenaza, neutralizarla", explicó Manuel Izquierdo, que por "neutralizar" quiere decir "abatir o derribar", objetivo que se puede lograr mediante un inhibidor de frecuencia o el disparo de un rayo láser ("jamming") o capturando el dron hostil con una red para depositarlo en un lugar seguro. Esto, que parece ciencia ficción, ya es una realidad experimental en el aeródromo asturiano.