"¿Miedo a brotes? Los niños van al parque, a la playa... La burbuja acaba en la puerta del colegio". La reacción de Sonia Rodríguez, madre del colegio Atalía de Gijón, fue compartida ayer por muchos otros padres en el inicio del curso escolar más tardío de toda España. Nueve de cada diez alumnos asturianos de Infantil y Primaria -de un total de 63.929- volvieron a las aulas en medio de estrictas medidas de seguridad. Tan estrictas -prohibir que niños de una clase se mezclen con los de otra- que hasta chocan con la realidad de la calle. Por eso, vaticinaron las familias, "la creación de grupos de convivencia o burbuja no servirá para nada".
Según el balance ofrecido por la consejería de Educación, la primera parte del regreso a clase -la segunda tendrá lugar el lunes con Secundaria, Bachillerato y FP- transcurrió "sin incidencias destacables, salvo algún desajuste aislado en el transporte escolar". Las mínimas faltas de asistencia se debieron, explicó el Principado sin dar números, a PCR positivos entre el profesorado, a casos sospechosos por síntomas entre el alumnado y a contactos estrechos. La titular de Educación, Carmen Suárez, reconoció el trabajo realizado por los equipos directivos y el profesorado y agradeció "la estrecha colaboración de las familias". A su juicio, "la vuelta a las aulas con normalidad es un éxito del conjunto de la sociedad".
Pese a ello, la Consejera se convirtió una vez más en diana de las críticas. De un lado, los sindicatos docentes, que denunciaron su "improvisación" e incluso ANPE, la organización mayoritaria en la pública, le invitó a irse. Y del otro, la oposición, aunque en este caso los mensajes tuvieron como destinatario principal al Presidente. Ciudadanos acusó a Adrián Barbón de "cobardía" y de "abandonar" a las familias y a los docentes. "El jefe del Ejecutivo no ha tenido el valor de dar la cara (...) y tampoco se ha atrevido a cumplir la tradición de inaugurar el curso", se quejó la portavoz en la Junta de la formación naranja, Susana Fernández.
La Consejería, según alegó, no hizo inauguración oficial, como en cursos anteriores, para "no interferir en la recuperación de las clases presenciales y cumplir estrictamente con los protocolos, en los que se limita el acceso al interior de los centros de personas ajenas como medida de seguridad". De hecho, ni siquiera las familias pudieron acceder al interior de los recintos escolares. En todos los colegios se vivió prácticamente lo mismo: cierto barullo de padres a la entrada, apostados en las verjas, y orden castrense en los patios con filas bien ordenadas de chavales.
Los sindicatos docentes coincidieron en el análisis: "Si el curso empezó con normalidad fue gracias al esfuerzo del profesorado y de los equipos directivos". Unos y otros tuvieron que hacer frente, según ANPE, "al tiovivo de instrucciones y ambigüedades de la Consejería". "La gestión del Principado es un caos, por eso la mejor noticia para la educación sería un cambio, un nuevo liderazgo", señaló el presidente, Gumersindo Rodríguez. También Maximina Fernández, de UGT, subrayó que "el inicio de curso transcurrió con normalidad debido a la gran profesionalidad y vocación del profesorado". "Sí existen sin embargo -añadió- carencias y descoordinaciones en los servicios de comedor y transporte", lo cual "demuestra la incompetencia y dejación de funciones de la Consejería". En la misma línea, Borja Llorente, de CC OO, confió en que "las incidencias en el transporte y la limpieza sean resueltos de manera urgente". El secretario del sindicato puso en valor "la dedicación de los equipos directivos". Palabras parecidas pronunció el portavoz de SUATEA, Tino Brugos: "Hubo que acometer los preparativos de inicio de curso en tiempo récord por la falta de previsión de la Consejería. Solo el trabajo de los equipos directivos y del profesorado dio garantías a un inicio marcado por las incertidumbres", añadió. OTECAS, el sindicato mayoritario de la concertada, resumió el inicio del curso con una frase: "La improvisación de las administraciones frente al compromiso de la comunidad educativa". "Fueron meses sin coordinación, sin mensajes claros, con modificaciones y muy poca transparencia", afirmó el secretario general, José Manuel Cueto.
Educación publicó ayer otra convocatoria de interinos, con 341 plazas, que unidas a las dos anteriores suman casi 5.500 docentes. En la última lista figuran 61 plazas covid para cubrir las nuevas aulas habilitadas debido a la bajada de ratios. La promesa de la Consejería es llegar a 565 en la pública, por lo que, según denunció CC OO, hay "casi 200 pendientes".
Larga espera para los padres: llevan más de seis meses sin poder conciliar
Después de más de seis meses sin clases presenciales, los padres de alumnos "respiraron" ayer con el inicio del curso. Sin embargo, los problemas para conciliar la vida laboral y familiar no se disiparon del todo, ya que hasta octubre en la mayoría de centros no funcionan los comedores ni el servicio de madrugadores ni las actividades extraescolares. Con respecto a este último punto, los colegios tienen hasta noviembre para presentar su programación anual, cumpliendo las medidas del protocolo adelantadas la semana pasada por LA NUEVA ESPAÑA. Entre ellas, formar grupos de no más de 12 alumnos y que no haya contacto físico entre los niños. Sin embargo, ayer el Principado publicó una resolución relativa al deporte base, en la que permite los deportes de contacto. Por contra, aplaza el inicio de las competiciones.
