La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

SUSANA DE ISCAR | PROFESORA DE EDUCACIÓN INFANTIL

"El primer año en Asturias fue muy duro: vinimos sin trabajo y quedamos sin casa y sin dinero"

"El sistema educativo debe cambiar, es de la era industrial y ya no hace falta producir trabajadores: pongo límites, pero no agobio"

Susana de Iscar, en el jardín de su casa de Areñes (Piloña). IRMA COLLÍN

Susana de Iscar Martínez (Madrid, 1975) es profesora del colegio público L'Ablanu de Piloña, en Infiesto, desde hace 9 años. Tiene 15 alumnos de 4 años. Vive en Areñes (Arenas de Beloncio, Piloña) desde hace 17 años. Es partidaria de una educación sin libros y por proyectos, de tratar a los alumnos como hijos, ser empática con las familias y trabajar en equipo, y eso la ha situado como la cuarta "Mejor Docente de España" 2019, un concurso de la plataforma EDUCA.

-Los maestros vivimos un momento complicado, pero lo veo como una oportunidad de cambiar el sistema educativo, que no funciona, sobre todo en la metodología.

- ¿Qué quiere cambiar?

-Centrarse más en cada crío. Cada uno es distinto -a esta edad es cuando más se nota- y tiene su ritmo. Cuando crecen homogeneizan y pierden creatividad. Están más domesticados y ya no hace falta. Eso es del sistema industrial y ya no hace falta producir trabajadores.

- ¿Qué enseña a los 4 años?

-Autonomía, conocimiento de sí mismos y del entorno, a ver el mundo y a estar con los demás, que son diferentes pero iguales.

- ¿Qué hace distinto con ellos?

-Mi compañera Laura Ovín me dice lo que no hago: no les agobio, ni les marco, procuro que sientan que eligen. Con límites. Les doy herramientas que explotan en Primaria. Hay críos que no están preparados para empezar a leer hasta los 6 años. Mis sobrinos en Francia son trilingües y aprendieron a leer a los 6. Aquí empezamos a los 3.

- ¿Cómo fue para ellos el confinamiento?

-Para muchos una buena experiencia por estar con sus familias 24 horas. Aquí también hay críos que solo ven a sus padres tres horas porque trabajan los dos. En la zona rural apoyan más los abuelos.

- ¿Cómo descubrió Asturias?

-De monitora en Pola de Somiedo y Belmonte de Miranda. Entré en la educación con 16 años a través de mi profesor de Educación Física en el instituto, Jorge Mariano Huéscar, que tenía una empresa de actividades de tiempo libre. Yo jugaba al fútbol sala federada y saqué el título de monitora.

Es hija de un administrativo de Cervezas Mahou y un ama de casa. Hasta los 10 vivió en Fuenlabrada y luego en Galapagar.

- ¿Cómo decidió venir a vivir?

-Me independicé a los 22 años y me fui a vivir a Los Arroyos con Chefi Aja, al que conozco de la pandilla desde 1989. Él era administrativo en una promotora y trabajaba 14 horas diarias, y yo, profesora y tenía las tardes libres. Vinimos para tener una vida que nos permitiera estar juntos más tiempo. No era un rollo jipi, sino tranquilo.

- ¿Cómo dieron con Areñes?

-Estuvimos algún fin de semana viendo fincas en el Occidente. No nos convencieron, pero nos parecían muy baratas. Un fin de semana vinimos a una casa rural de Sevares, en una agencia nos enseñaron esta finca de 3.000 metros cuadrados, nos gustó y la compramos.

- Era 2002. Usted tenía 27 años; Chefi, 31. ¿En qué condiciones vinieron?

-Fue muy inconsciente. Imaginábamos que todo iba a ser más fácil. Vinimos sin trabajo ninguno de los dos, con dos años de subsidio de paro. Para la familia fue un disgusto. Queríamos una casa de madera. Si las había en los países nórdicos, ¿por qué no iba a haber en Asturias una que durase 50 años? Personalizamos un modelo prefabricado.

-¿Qué tal salió todo?

-Fatal. Hubo problemas de papeleos porque el arquitecto nunca vino a verla. Tardaron en entregar la casa y tuvimos que vivir en un Land Rover y en una tienda de campaña mientras las cosas de la mudanza, tapadas con plásticos, se estropeaban por la humedad. El mismo día que hicimos el último pago de la casa, descubrimos unos puntitos en la madera. Era carcoma. Lo supe porque estudié carpintería y trabajé en una escuela-taller de Patrimonio Nacional en el Monasterio de El Escorial y pasaba el día con una jeringuilla inyectando Xylamon, decapando y lijando.

- ¡Qué pesadilla!

-Pasamos 8 años de juicios. Quedamos sin casa, sin trabajo y sin dinero. Un año durísimo. Buscamos una de alquiler en Areñes. Ganamos el juicio. Nos tenían que cambiar la casa e indemnizarnos con 85.000 euros. No vimos nada porque la empresa tenía deudas y éramos los últimos en la fila de acreedores.

- ¿Qué hicieron?

-Empezar otra vez de cero. Durante un tiempo vivimos en la casita de aperos de la finca. La nueva casa, que hicieron en cuatro meses, es de 2010.

- ¿Y de trabajo?

-Oposité en 2003 y entré en una bolsa de interinos. Fui animadora sociocultural en el Ayuntamiento de Oviedo en 2004, en Tudela Veguín, Tudela de Agüeria, Olloniego, La Manzaneda y Otero. Mi primer destino fue en 2005 en Ribadesella. Estuve también en Cangas de Onís, Arriondas y Gijón. Chefi crio los hijos, ayudaba a algún vecino, hizo un curso de jardinería...

- ¿Se arrepintieron de venir?

-Al principio, pero no. Estuvimos muy respaldados por la familia y los amigos que venían a vernos. Aquí nos acogieron muy bien. Les dimos pena. La vecina nos dejaba lechugas.

- ¿Lo peor de Asturias?

-La falta de luz y que no había cursos de formación.

- ¿Y la vida rural?

-Crecí en Galapagar cuando era un pueblo de tres mil habitantes e iba con mi cacharrito a buscar leche de vaca del pueblo.

- Tienen dos hijos asturianos.

-Adriana nació en 2006 y Yago en 2011. Criarlos aquí les dio más calidad de vida: se suben a los árboles, van en bici por los caminos. Ella no pide salir, pero llega la adolescencia y asumimos que habrá que esforzarse para llevarla y buscarla los 6 kilómetros hasta Infiesto. Se plantea estudiar en Francia, donde tenemos a una hermana de Chefi.

- Les ha seguido la familia.

-Mi padre se enamoró de Asturias, compró la finca de al lado y pasa más tiempo aquí que en Madrid. Hace dos años le operaron de un pólipo en el intestino, le operaron de urgencia en Arriondas, salió mal, pasó 50 días en el HUCA más allá que acá, quedó encantado con los médicos y sigue las revisiones aquí. Mi madre lo lleva peor porque no conduce. Tengo tres hermanos. El pequeño hizo una casa en Lieres, pero no encontró trabajo, vendió y volvió a Madrid. Mi mejor amiga de la infancia, Sonia Guridi, vino a vernos, le gustó y vive en Biedes.

- ¿El coronavirus dejó sin repercusión haber sido elegida la cuarta mejor profesora de Educación Infantil?

-No. Nortesport, una academia de Oviedo, me ofreció formar parte de la plantilla para coordinar el equipo de Asturias, Cantabria y Burgos de preparadores de oposiciones de Infantil y estaré en el consejo de dirección de "Infancia", una revista pedagógica de la Asociación Rosa Sensat de Barcelona.

Compartir el artículo

stats