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Sobrefoz detiene al "bicho" quedando en casa

Los vecinos del pueblo, donde se ha detectado un brote, se recluyen en sus viviendas salvo para las labores del campo: "Somos responsables para que lo que está aquí no salga de aquí"

Belén Yano, en el interior de su vivienda. Eva San Román

Javier Mones no ha tenido más remedio que salir a cebar a las gallinas. Pero acabada la tarea, cierra la puerta con un viejo somier que asegura con cuerdas de alpaca y vuelve a casa. "Hay que guardarse, somos un pueblo unido, y la unión hace la fuerza", dice rotundo sin dejar de caminar con la cabeza gacha, con bastón para apoyarse y mascarilla para protegerse. Es uno de los vecinos del pueblo pongueto de Sobrefoz, donde todos se han confinado en las 33 casas que lo forman (72 vecinos según el Consistorio, aunque el Principado limita la cifra a 40). Lo han hecho de forma voluntaria, después de que tres personas dieran positivo en coronavirus.

A Chema Escolar el brote pongueto le pilló de vacaciones en El Molino, un pequeño espacio rural que hay a la entrada del pueblo. "Llegamos el pasado jueves, íbamos a comer ayer -por el domingo- al bar y nos llamaron para decirnos que no lo hiciéramos, que echaban el cierre por prevención", subraya. "Es algo digno de admirar, un gesto muy loable", alaba. Porque los dos negocios hosteleros de Sobrefoz bajaron la persiana nada más ser conocedores de la situación. Ayer, Ramiro Albillo, dejaba la mercancía temprano a la puerta de uno de ellos y retiraba los vidrios vacíos del mismo sitio, donde los dueños se lo habían dejado previamente. "Ya me han dicho que no saldrán" para evitar más contactos. Así que el trabajador de bebidas dejó la nota a la puerta, "ya la recogerán cuando puedan", asume.

Todos los que llegan al pueblo lo saben. Aunque no quieren dejarles sin sus servicios. "El panadero sigue viniendo, pero hay que ir con precacución". El objetivo es "que lo que esté aquí no salga de aquí", dice Emma González. "Nosotros pasamos los inviernos en Llanes, nos íbamos a marchar ya, pero con esto, tendremos que esperar pa no llevar bichos a ninguna parte. Hay que ser responsables y hasta que no se solucione no moverse. Creo que somos el primer pueblo de Asturias que hace algo como esto, y creo que es lo que deberían hacer todos los que pasan por esta situación", apunta junto a su marido, Gonzalo Sánchez, que conversa con el equipo de Gobierno de Ponga. Los ediles José Llera, Victoriano Testón y Eduardo Rivero acompañan a la alcaldesa, Marta Alonso, puerta por puerta, para interesarse por los vecinos y, sobre todo, "para saber si necesitan algo" y para recordarles las normas sanitarias. "Lo mejor es quedarse en casa", apunta Belén Mones, que cuida de su madre, octogenaria, Leoncia Yano. "Estábamos tranquilos, es verdad, pero esto podía pasar, ha habido mucha gente y hemos ido y venido", reconoce. "Nosotras, creo, estamos bien, pero hay que tener precaución", comenta apoyada en la puerta de su casa, con el cuarterón de la parte de arriba abierto. "Os invitaría a pasar, pero no se puede", lamenta.

En la calle las bicicletas reposan sobre fachadas, las motos no suenan, ni tampoco los coches. Si acaso, algún tractor se intuye, "pero también para salir a la cuadra hay que ir a lo básico, como cuando empezó todo en marzo. Igual si no nos hubieran permitido tanta movilidad hoy aquí no teníamos que estar así aquí, que estábamos limpios, pero empezó a venir la gente y nosotros a ir de aquí para allá y ya sabes", dice un vecino que camina en madreñas a "atender a las oveyas" que están "algo más allá". Esas "comen todos los días". Y la vida, en el pueblo de Sobrefoz, sigue en silencio, aunque parece que más despacio que otras veces.

Los niños no han ido al colegio y los adultos han tirado de responsabilidad, "no es de buen gusto quedarse en casa otra vez, pero esto es lo que hay, nadie nos dijo nada y ni tan siquiera lo hablamos entre nosotros, fue algo que salió de todos, una reacción inmediata de la gente, no me preguntes por qué", dice Manuel González. Él verá pasar la cuarentena desde su casa del barrio de La Aldea. Su hijo Carlos le echará una mano en las labores del ganado. Ayer atendía a las vacas en la cuadra, cebándolas con la hierba que reposaba en el pajar. "Volvemos a empezar", decía entre resignado y sonriendo.

Pruebas PCR para todos

Pruebas PCR para todosLos vecinos de Sobrefoz se someterán hoy a las pruebas PCR para determinar si han sido contagiados después de que en el pueblo se registrara un brote con tres positivos durante el fin de semana. La alcaldesa, Marta Alonso, solicitó desde primera hora de la mañana el cribado por ser la que habita la localidad "una población muy vulnerable". Pero, inicialmente, las pruebas no estaban previstas. De hecho, algunos vecinos habían contactado con Salud pero se rechazó inicialmente someterlos a pruebas por no presentar síntomas.

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