El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) es uno de los primeros del mundo en implantar neuroestimuladores con tecnología bluetooth para paliar los síntomas del párkinson. La gran novedad de este dispositivo cerebral radica, según explica la Consejería de Salud, en que los especialistas pueden tratar a los pacientes a distancia, sin necesidad de estar a su lado, lo que permite cumplir a su vez las medidas de seguridad ante el covid. Además, es "más rápido, seguro y preciso" que el programador clínico utilizado hasta ahora, y provoca menos interferencias. Por último, detallan los médicos del hospital asturiano, "proporciona un control óptimo de los síntomas del párkinson", principalmente del temblor y de la distonía (trastorno del movimiento que causa contracciones musculares involuntarias).

El neurocirujano Javier Sol implantó el primer neuroestimulador en el HUCA el pasado 30 de junio con excelentes resultados y se estima que cada año se beneficiarán en Asturias de esta iniciativa entre 20 y 25 personas que no responden a tratamientos farmacológicos. Este procedimiento, de hecho, solo se emplea en pacientes cuyos síntomas no pueden ser controlados adecuadamente con medicamentos. La prevalencia del párkinson, recuerda el Gobierno del Principado, se sitúa en la región entre un dos y un tres por ciento en mayores de 65 años.

El HUCA es pionero en la implantación de esta técnica que realiza desde hace más de dos décadas, y es uno de los siete centros de referencia nacionales para la cirugía en trastornos de movimiento. La coordinadora es la jefa de sección de Enfermedades Neurodegenerativas del Servicio de Neurología, Marta Blázquez. Ningún otro hospital de España dispone de un neuroestimulador inalámbrico como el que ya funciona en Oviedo.

El objetivo de la terapia de estimulación cerebral profunda es bloquear las señales que causan los síntomas motores incapacitantes del párkinson mediante impulsos eléctricos. Esto se logra al insertar un electrodo en el cerebro mediante cirugía y conectarlo a través de una extensión a una batería llamada "neuroestimulador" (similar a un marcapasos cardíaco). Una vez instalado, el neuroestimulador transmite impulsos eléctricos a las áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento.