El acusado de maltratar durante años a su esposa, al hijo mayor de esta y al hijo en común de la pareja reconoció los hechos ante el juez y aceptó una condena de dos años de cárcel, alejamiento y privación de la patria potestad. Además, deberá cumplir 56 días de trabajos para la comunidad. La Fiscalía solicitaba una condena de seis años de prisión.La Fiscalía solicitaba una condena de seis años de prisión.

El reconocimiento de los hechos supone aceptar el relato de la Fiscalía, según el cual el acusado mantuvo una relación de convivencia con su mujer durante 15 años aproximadamente y tienen en común un hijo nacido en 2004. En el domicilio familiar, en Oviedo, convivía también el hijo mayor de la mujer, de 20 años de edad, hasta que en el mes de diciembre de 2017 abandonó la vivienda al no soportar más la situación.

La convivencia entre la pareja comenzó a deteriorarse tras el nacimiento del hijo en común, siendo cada vez más frecuentes los episodios violentos protagonizados por el hombre. Así, "con intención de quebrantar la salud física y psíquica de su mujer, la sometió continuamente a agresiones físicas, la golpeaba y empujaba, o bien la echaba de la vivienda, dejándola fuera durante varias horas", relata la Fiscalía en su acusación. En otra ocasión, cuando ella tenía en brazos a su hijo (de 4 años entonces) le puso un cuchillo de cocina en el cuello al comunicarle la mujer que quería finalizar la relación.

Además, le dirigió un trato vejatorio, humillante y amedrentador, profiriéndole de forma habitual, tanto cuando se encontraba a solas con la misma como en presencia de terceras personas, expresiones tales como "hija de puta, yo iré para la cárcel pero vosotros vais seguro al cementerio, no vales para nada". Así como otras de similar naturaleza vertidas con la única finalidad de someter e infundir temor a la misma, controlando sus movimientos y su quehacer diario, obligándola a poner el altavoz cuando alguien la llamaba por teléfono para saber con quién y de qué hablaba, o bien le lanzaba el móvil al suelo y lo rompía.

Asimismo, el acusado golpeaba e insultaba de manera habitual al hijo mayor de ella, propinándole puñetazos y patadas con cualquier pretexto, tratando de amedrentarle con expresiones tales como "te voy a echar de casa, hijo de puta, no vales para nada, si me meten preso vas bajo tierra" y otras similares. Todo ello hizo que la convivencia resultara insoportable y por la situación permanente de dominio y violencia del acusado sobre su familia generó un clima de miedo y tensión en el ámbito familiar y provocó finalmente que el chico abandonara el domicilio familiar.

El acusado se mostraba igualmente muy agresivo con su hijo menor, principalmente desde que cumplió 6 años, y le golpeaba con patadas y puñetazos, en ocasiones, con el cinturón en la espalda y en las piernas. La mujer trataba de mediar, sin éxito. El último ejemplo de violencia que continuamente ejercía el acusado sobre el menor, tuvo lugar aproximadamente en abril de 2018, cuando, tras recibir una llamada del colegio informando de un incidente, el acusado reaccionó airadamente y le propinó puñetazos y patadas por todo el cuerpo, le arrancó mechas de pelo y le lanzó contra la pared golpeándose ésta la cabeza. El niño, además, estuvo presente en las numerosas ocasiones en que su madre fue golpeada, insultada y amenazada.

El acuerdo entre la Fiscalía, la acusación particular y la defensa supone una condena de dos años de prisión por un delito de violencia habitual sobre la unidad familiar, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 3 años y prohibición de aproximarse a la mujer y a sus dos hijos, a su domicilio, a su lugar de trabajo o cualquier lugar en que estos se encuentren a menos de 500 metros, así como la prohibición de comunicarse o relacionarse con ellos por cualquier medio, todo ello durante 4 años.

También se le condena por un delito de malos tratos a 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo y privación del derecho a la tenencia y porte de armas por un período de 2 años y 6 meses. Además, la prohibición de acercarse a su hijo, a su domicilio, lugar de trabajo o cualquier otro donde se encuentre a menos de 500 metros, así como la prohibición de comunicarse con la misma por cualquier medio durante 2 años. Y privación de la patria potestad.

El acusado tendrá que abonar las costas procesales e indemnizar a su mujer con 6.000 euros y, a cada uno de sus hijos, con 2.000 euros, todo ello más los intereses legales correspondientes.