Los expertos ya tienen una primera contestación a la pregunta de qué les pasó a los calderones que vararon masivamente en Carreño la semana pasada.

Los informes preliminares elaborados tras las necropsias que han hecho los veterinarios de la Dirección General de Medio Natural, con apoyo de varias instituciones de toda España, vienen a ratificar la que ya era una teoría que muchos conocedores de la vida de los cetáceos apuntaban desde un inicio. Y esa teoría es que el varamientoque habría desubicado al ejemplar o ejemplares que ejercieran el liderazgo del grupo.

Del trabajo de los veterinarios del Principado, realizado con el apoyo del personal del Serida, de la Dirección General de Pesca, del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria, de la Universidad de Valencia y de la Universidad de León, resulta confirmado, que el hallazgo más significativo fue que los ejemplares más adultos sufrían "un alto grado de parasitación, circunstancia que se registra con frecuencia en las necropsias de cetáceos. La condición corporal no indicaba un mal estado general". Así se ha explicado desde la Consejería de Medio Rural.

El trabajo forense no está concluido. Queda una segunda fase que consistirá en una toma de muestras reglada de distintos órganos que serán remitidas a distintos laboratorios para su análisis. Para ello desde la Consejería se ha establecido contacto con profesionales de los siguientes centros: SERIDA y Laboratorio de Salud Pública regional; con el instituto de biodiversidad de la Universidad de Valencia; con el Instituto Oceanográfico de Vigo; con la Facultad de Veterinaria de León y con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Desde que se produjo el varamiento masivo en Carreño, uno de los mayores que se recuerda en Asturias, algunos conocedores de el mundo marino lanzaban la observación de que en muchos casos estos sucesos que causan muertes masivas en los cetáceos tienen que ver con afectaciones parasitarias en los conductos auditivos. Y dado que el oído es un órgano fundamental en los mamíferos marinos para su guía en el mar y localización, esa afección alteraría su estabilidad y otras condiciones básicas para su supervivencia. "Si esos parásitos aislados en el pabellón auditivo interfieren gravemente, la situación puede ser caótica y alcanzar estadios psicóticos", llegó a comentar Luis Laria, portavoz del Cepesma.

En el varamiento de Carreño se vieron implicados unos 17 o 18 calderones y según los expertos sólo habrían podido volver vivos a altar tres: dos adultos y una cría.según los expertos sólo habrían podido volver vivos a altar tres: dos adultos y una cría Son los tres ejemplares que se pudo seguir hasta hace solo unos días.