Krystyna Pechena Romanova (Kiev, Ucrania, 1990) es experta en análisis de datos y miembro del comité de sabios que la consejería de Ciencia, Innovación y Universidad creó la semana pasada con el objetivo de impulsar la ciencia asturiana. Pechena lleva "toda la vida" en la región -desde los seis años- y es licenciada en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Oviedo. Durante su etapa como estudiante fue brillante: sacó veinte matrículas de honor y veinte sobresalientes sobre un total de 48 asignaturas. Fue investigadora "Severo Ochoa" y profesora universitaria en el departamento de Economía. Hasta el pasado mes de febrero trabajó en el sector privado para dar un salto más en su carrera. En junio fundó su propia empresa, Kape-R Analytic, en el parque tecnológico de Llanera, dedicada a desarrollar modelos matemáticos avanzados.
- ¿Hacia dónde cree que debe caminar la ciencia asturiana?
-Considero que la ciencia asturiana tiene que estar al servicio de las necesidades de la población, de las empresas y de las administraciones públicas. Tenemos que ver esta pandemia como una oportunidad para situar a Asturias como referente. Existen muchas vías y sectores clave por los que debería apostar nuestra región. Por ejemplo, las oportunidades que nos brinda la transición energética con el hidrógeno verde; la automatización de trámites y procesos administrativos, algo que es posible a corto o medio plazo; las oportunidades que nos puede abrir la aplicación de microdatos anonimizados en la Administración pública y en la sanidad; y también promover tecnologías y medidas que faciliten el teletrabajo para convertir Asturias en un destino de referencia.
- ¿En qué consisten los microdatos anonimizados?
-Son datos a nivel de individuo pero totalmente anónimos. Es decir, se quitan todos los campos que puedan identificar a una persona: el nombre, el DNI, la dirección... De tal forma que no hay manera de rastrear a quién corresponde esa información.
- ¿Y eso no se hace en otras comunidades autónomas?
-Que yo sepa no. Lo hace el INE (Instituto Nacional de Estadística) con la renta. En el sector sanitario existe un histórico de información de enfermedades y síntomas de distintos individuos. Por ejemplo, a los 10 años tuve el síntoma x, a los 14 tuve otro síntoma x y a los 16 otro distinto. Entiendo que ningún médico, cuando vamos a su consulta, revisa todo el histórico de síntomas y todo lo que le pasó al paciente desde que nació. Pues bien, eso lo puede hacer un programa, que permite identificar enfermedades en una fase temprana, incrementando además la calidad de vida de la persona y reduciendo el gasto sanitario. En resumen, igual que se publican microdatos de la renta, también se pueden publicar de la salud.
- De todas las ideas que ha lanzado, ¿cuál considera prioritaria?
-Para mí, los microdatos anonimizados sanitarios y de la Administración. Porque pondría a Asturias en el punto de mira mundial, sería un ejemplo a seguir, porque la población que se estudia es la asturiana y habría muchos investigadores detrás de ella, y porque los logros que se obtuviesen de esos datos beneficiarían a la región. Además, aumentaría la calidad de vida de la población y yo creo que también la esperanza de vida.
- ¿Qué le parece la creación del Comité Asesor de Política científica?
-Creo que es fruto de esta pandemia, que ha demostrado, por una parte, que la ciencia es fundamental y, por otra, la necesidad de que la ciencia aporte soluciones a problemas reales. Solo así tendrá éxito. Y luego cada miembro del comité tiene un perfil distinto y hay un mix entre la universidad, el sector privado y el sector público. Esa heterogeneidad es enriquecedora. A eso se une las ganas de trabajar y la disposición que ha demostrado tener, en esta y otras iniciativas, la Consejería. Con todo ello, estoy convencida de que se podrá aportar mucho a Asturias. Yo me siento muy motivada, porque si las medidas y los datos que se presenten basados en criterios objetivos al final sirven para ayudar a mi región, será una satisfacción enorme.
- Trabajó primero en la Universidad, luego en el sector privado y ahora dirige su propia empresa. ¿Por qué optó por emprender?
-Soy un poco inquieta y además me encanta mi trabajo; quiero desarrollarlo en proyectos que me motiven, de los que pueda aprender y que suponga una satisfacción personal.
- ¿A qué se dedica su empresa?
-Al desarrollo de modelos analíticos avanzados de big data. Investigamos escrupulosamente un problema y con los datos que nos aportan nuestros cliente buscamos, aplicando distintas técnicas de inteligencia artificial, estadística u optimización, patrones que nos ayuden a solucionar dicho problema. De la empresa privada me marché en febrero con la idea de crear mi propio negocio y en junio empezamos a funcionar. En ningún momento me he arrepentido de la decisión tomada.
- Durante la pandemia colaboró con la Consejería de Ciencia en el análisis de datos del covid. ¿En qué consistían?
-Colaboré de forma voluntaria en el desarrollo de modelos para predecir la incidencia del covid en Asturias. Después, las decisiones que se tomaron en base a los datos entiendo que son internas. Desde luego fue una satisfacción personal enorme y siempre estaré disponible para ayudar en todo lo que esté en mi mano. Eran predicciones sobre todo de la evolución de la carga hospitalaria y de los contagios. La idea era ver qué impacto tenía cada medida para así saber cuáles son más efectivas y cuáles son menos.
- Ahora con la segunda ola de la pandemia, ¿sigue con este proyecto?
-Sí, me he puesto hace unas semanas otra vez. Cuando tenga algún resultado que considere relevante lo publicaré con informes demostrables.
