La festividad de los Ángeles Custodios, los patronos de la Policía Nacional, solía ser hasta ahora un acto multitudinario con gran presencia de público y autoridades. Como ya se observó en otras ceremonias, como la entrega de diplomas a los nuevos policías, el covid-19 impone su ley y obliga a limitarla presencia de personas en los actos para reducir el riesgo de contagio. La entrega de las 65 condecoraciones con motivo de la festividad tuvo que dividirse en diversos espacios y días. Por ejemplo, en la Jefatura Superior de Policía en Oviedo se entregó la única cruz al Mérito Policial con distintivo rojo -la única-, concretamente al agente Juan Rubio, que en julio salvó de morir ahogada a una mujer en San Antolín de Ibias.
El agente, que no estaba de servicio, arriesgando su propia integridad, se arrojó a un río para tratar de rescatar a la mujer, de edad avanzada. Finalmente, logró arrastrarla hasta la orilla -había quedado inconsciente- y la asistió hasta la llegada de los servicios médicos. Entrevistado el pasado julio por LA NUEVA ESPAÑA, restó importancia a su hazaña: "Cuando eres policía tienes el instinto activado, incluso cuando no estás de servicio. La sociedad sabe que allá donde haya un policía hay una persona que ayuda".
El acto más noble de la jornada se celebró a mediodía en la Delegación del Gobierno, donde la Delegada Delia Losa, y la jefa superior de Policía, Luisa María Benvenuty, junto a la jefa de la brigada de la Policía judicial, Inmaculada Leis, impusieron cuatro cruces al Mérito Policial con distintivo blanco al consejero de Salud, Pablo Ignacio Fernández; al coronel delegado de Defensa, Juan Luis González; al teniente fiscal Joaquín de la Riva; y al Director de Alta Inspección de Educación, José Emiliano Sarralde, a todos ellos por su destacada trayectoria y colaboración con la Policía Nacional.
Este martes, en el complejo policial de Buenavista, se entregarán otras 29 cruces al Mérito Policial con distintivo blanco a los funcionarios de Oviedo, en un acto "en la más estricta intimidad".
