Mario Garcés (Jaca, 1967), portavoz adjunto del PP en el Congreso, admite: "No hemos aprendido nada" tras siete meses de pandemia. Pero pone el foco sobre el Gobierno de Pedro Sánchez porque "no tiene clara ni la fórmula jurídica" y ha respondido al coronavirus "como se hacía con la peste en el siglo XIV, con el cierre de ciudades y murallas".
-¿Qué sentido tiene el pulso político que se libra en Madrid?
-Lamentablemente no debería haber pulsos políticos. Ha fallado el modelo de cooperación entre instituciones, pero cuando ha habido una corrección de intervención jurídica, se ha demostrado que se ha equivocado es el Gobierno central. Para corregirlo, Illa ha convertido la respuesta en un problema para el ejecutivo de Pedro Sánchez y para los madrileños. Un error de esta magnitud exige tomar medidas. A estas alturas de la pandemia no se puede especular con soluciones jurídicas que, además de ineficaces, son inconstitucionales. El socialismo más mórbido añora un enfrentamiento tradicional con Madrid, patente ahora con este comportamiento arbitrario.
-¿Ve un trato discriminatorio a la Comunidad de Madrid, de Isabel Díaz Ayuso?
-Las ratios de Madrid se están superando en otros perímetros territoriales, ya sean comunidades autónomas, ciudades, provincias o pueblos. ¿Por qué no hay estado de alarma en otras zonas con igual o peor ratio que Madrid?
-¿Conviene implicar a los jueces en una crisis sanitaria?
-Es el gran problema. Esta pandemia se debería atender bajo patrones científicos y sanitarios. La justicia debe ser el último remedio, pero la Comunidad de Madrid se ha sentido invadida en sus atribuciones y la justicia le dio la razón. Nuestro país no estaba preparado para una pandemia así, por eso somos los peores en todos los indicadores, pero no aprendimos nada de la primera ola. Es lógica la incertidumbre de los Gobiernos, pero hay que tener planes de contingencia objetivos, incluso para escenarios cambiantes.
-¿Tiene sentido recurrir los confinamientos y luego pedir a los madrileños que no salgan de viaje en este puente?
-La contradicción no está en la Comunidad de Madrid, está en el Gobierno central.
-¿Por qué?
-Si el Gobierno central defendió en mayo que la única posibilidad de imponer medidas restrictivas al desplazamiento era el estado de alarma, sorprende que en octubre opte por una solución completamente diferente, segmentada y fragmentada territorialmente. Con modificar cuatro leyes, dos orgánicas y dos ordinarias, era suficiente para evitar la movilidad de personas, como se hizo en otros países de Europa.
-Pero en este duelo de gobiernos crece la confusión de los ciudadanos.
-Lo peor de esta crisis en la sensación de confusión, disfunción y disrupción que están experimentando los españoles. Las reacciones políticas y jurídicas son de auténtico caos. Hay tal desgaste emocional que se está produciendo una erosión de la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en los políticos y ojo, tienen razón. A los políticos se les pide claridad y respuesta, lo que no se les pide es que sean una trituradora de la razón o un ventilador de la irresponsabilidad.
-¿Ni siquiera la mayor pandemia en un siglo va a propiciar un gran acuerdo para los Presupuestos de 2021?
-Nosotros estaríamos dispuestos a aceptar unas nuevas cuentas siempre que no dependan de la voluntad política de Unidas Podemos, siempre que no responda a un pacto por presos. Y no podremos estar si no nos muestran el plan de reequilibrio o los impuestos que van a subir. Nos piden arrimar el hombro: cuando el PSOE descubra dónde está su propio hombro, encontrarán al Partido Popular.
-¿Qué la parece la seguridad de Pablo Iglesias en que no será imputado por el caso Dina y su contraataque el PP en su comparecencia del Senado?
-La seguridad de Pablo Iglesias va pareja a su soberbia. Le convendría hacer un ejercicio de humildad, pero, claro, cuando considera que el Estado es él, pone en cuestión la división de poderes y tiene la seguridad de que un procedimiento judicial vaya en una determinada dirección, o esa seguridad es una especie de quimera antimoral o bien tiene información. Y si la tiene, por favor, que nos la haga saber. Cuidado con la información porque en política, si se obtiene indebidamente, habrá que dilucidar las responsabilidades consiguientes.
