Fue el de ayer un 12 de octubre especial, en el que las celebraciones de la patrona de la Guardia Civil fueron suspendidas por la pandemia. Pero muchos agentes no perdieron oportunidad de rendir respeto a su patrona. En Cangas de Onís, a la misa, asistieron acompañados de sus familias y no vistieron el uniforme. Acudió el alcalde, José Manuel González, y la edil Mónica Gutiérrez.

Llamó la atención una imagen del Pilar con un espectacular manto con el emblema de la Guardia Civil y los colores de la enseña nacional. Y la anécdota fue la pequeña Lola, de un año e hija de un guardia destinado en Cangas, que acudió vestida con un uniforme del cuerpo.